“Nuestro camping y hostel lleva su nombre por encontrarse próximo a los Rápidos del Río Manso. El Lago Mascardi vierte sus aguas al Río Manso (en su tramo medio) atravesando un recorrido de rápidos de singular belleza y recorre aproximadamente un kilómetro entre el Lago Mascardi y el Lago Los Moscos”, explica la página oficial dando así la bienvenida a este rincón de ensueño.
Ubicado en un lugar privilegiado, en la zona sur del Parque Nacional Nahuel Huapi, a 45 kilómetros de Bariloche, Patagonia Argentina, el viaje de 45 minutos se inicia bordeando los lagos Gutiérrez y Mascardi, por la Ruta 40 sur.
En el kilómetro 2002 (Villa Mascardi) se gira hacia la derecha, tomando el camino que conduce al Cerro Tronador y a Cascada de los Alerces. Luego de 9 km, y de cruzar el puente del Río Manso, se encuentra el camping.
“Históricamente el Camping es administrado por el Club Andino Bariloche, que a través de diferentes concesiones busca conservar el amor a la montaña que los primeros fundadores practicaron y difundieron. Es de este modo que continuamos con esas acciones, compromiso firme del cuidado y respeto del medio ambiente”, comentan los administradores dejando ver la pasión por su trabajo y amor por este espectacular escondite.
Su geografía tan variada lo hace bellísimo, increíble lugar para tomar fotografías, contemplar la naturaleza y escuchar el sonido del agua cristalina entre las piedras, pasear en kayak, hacer rafting, pesca con mosca o darse un baño inolvidable en el verano.
Las características geográficas ofrecen al visitante un amplio abanico de actividades.
Por su lado, el lago Mascardi invita a los niños, jóvenes y más intrépidos a una inmersión mientras que otros optan por navegar sus aguas con algún tipo de embarcación.
Asimismo, es importante destacar que la pesca de truchas es una de las principales actividades.
Y para los amantes de las caminatas se recomienda conocer el circuito interpretativo, de baja dificultad pero con un encanto especial.
Servicios
“Alrededor de 6 hectáreas arboladas para acampar, playas de arena sobre el lago Mascardi y costa sobre el Río Manso. El área cuenta con fogones y toma corriente. El edificio principal tiene servicio de comedor, proveeduría, kiosco, artesanías, sanitarios con agua caliente y albergue que consta de dos habitaciones grandes comunitarias, con cuchetas y almohadas. El comedor ofrece minutas, platos del día, desayunos y cafetería. Además, el lugar tiene sanitarios mejorados con servicio de agua caliente durante las 24 horas. También contamos con sanitarios especialmente equipados para personas con discapacidad”, resaltan los administradores.
El lugar tiene un grupo electrógeno que suministra energía eléctrica de las 21 hs hasta las 24 horas. El motor solo tolera el uso de portátiles para iluminar el lugar de acampe, por lo que no se pueden usar calentadores
eléctricos, planchas, heladeras, etcétera.
Además de todas las comodidades y servicios, el camping dispone de un estacionamiento al aire libre, salón de usos múltiples, bar y confitería, restaurante, kiosco y proveeduría, mesas y bancos individuales.
El camping no admite el ingreso de mascotas.
En verano se puede pescar tanto con mosca como con cucharita. El lugar invita a realizar caminatas que se pueden hacer acompañadas por guías o en forma independiente.
Frente a Los Rápidos comienza un sendero muy bien señalizado que lo lleva a recorrer el hermoso paisaje.
Para los más experimentados, está el ascenso al Cerro Falso Granito. Hay programas especiales para escuelas primarias, secundarias y profesorados de Educación Física.
En el invierno, las actividades están condicionadas a las características climáticas, por lo que se recomienda comunicarse telefónicamente con los concesionarios. Otra alternativa interesante es el paseo por el Lago Los Moscos con raquetas”, explica detalladamente la web.
Entre coihues, retamas, cirpreses, rosa mosqueta y lupinos, el bosque deslumbra al visitante.
Sin embargo, bien merece capítulo aparte la leyenda sobre la flor de Amancay.
Aquí la leyenda, según escribió Marta Carbonero: “En la zona de Ten-Ten Mahuida, hoy conocido como Cerro Tronador, habitaba la tribu Vuriloche, cuyo nombre luego se deformaría para denominar esa bella comarca andina.
Quintral, el hijo del cacique de la tribu, era admirado por las jóvenes debido a su valentía y fortaleza. Entre todas ellas había una que, además de admiración, sentía un profundo amor por él, pero su condición humilde le impedía siquiera imaginar la posibilidad de que el joven se fijara en ella.
Amancay, tal era el nombre de la hermosa joven, no era indiferente a Quintral. Muy por el contrario, él sentía que su corazón se inflamaba cada vez que la morena joven se encontraba cerca, pero sabía que su padre jamás
aceptaría que él la desposara.
Un día, varios integrantes de la tribu comenzaron a morir a causa de una extraña enfermedad. La epidemia no tardó en extenderse, y también Quintral cayó gravemente enfermó. Aquellos que aún se encontraban sanos
comenzaron un éxodo que les permitiera alejarse de los malos espíritus que estaban diezmando a su gente.
Quintral empeoraba cada vez más, y en medio del delirio y la fiebre no dejaba de pronunciar el nombre de su amada Amancay. Su padre consultó a su consejero y este le contó sobre el amor profundo y silencioso que existía
entre ambos jóvenes. Viendo el grave estado de su hijo, el cacique envió a sus mejores guerreros a buscar a la muchacha.
Mientras tanto, Amancay había consultado a una Machi para que la ayudara a encontrar una cura para su amado Quintral. La anciana le reveló que la única forma de salvar al joven era prepararle una infusión con una flor amarilla que crecía en la cumbre del Ten-Ten Mahuida, y Amancay no dudó en ir en su busca. El ascenso no fue sencillo, pero ella no cejó en su esfuerzo. Por fin logró llegar a la cima de la montaña y encontrar la bella flor, pero no se
percató de que el gran cóndor la observaba desde las alturas.
Tan pronto como Amancay arrancó la delicada flor, el cóndor descendió junto a ella y le recriminó haber tomado aquella flor que pertenecía a los dioses.
Con voz de trueno dijo que los dioses lo habían puesto como guardián de las cumbres y todo lo que en ellas se encontraba, y a pesar de que la joven pidió disculpas y explicó la situación en la que se encontraba Quintral, el imponente ser no quiso escuchar razones. Al ver que las lagrimas brotaban de los ojos de la muchacha, el cóndor le propuso entregarle la flor a cambio de que ella le diera su propio corazón. Amancay no dudó. Después de todo, ¿de qué le serviría su corazón si no tenía a nadie a quien amar?
La joven se arrodilló frente al ave y sintió como el potente pico habría su pecho en busca del delicado corazón. Sus labios se abrieron y una débil voz pronunció por última vez el nombre de su amado Quintral. El cóndor, conmovido por el amor que hasta último momento demostró la joven, con delicadeza tomó el corazón con una garra y la flor amarilla con la otra para luego elevarse majestuosamente.
El cóndor voló hasta la morada de los dioses, sin darse cuenta que gotas de la sangre de Amancay salpicaban no sólo el camino sino también la delicada flor. Una vez en su destino, imploró que le permitieran llevar la cura para
Quintral y que crearan un recordatorio para que el sacrificio de la joven no fuese olvidado. Ambas cosas fueron concedidas, y de cada gota de sangre que cayó en los valles y las montañas nació una bella flor amarilla con gotas
rojas que se convirtió en símbolo del amor incondicional. Desde ese día, quien regala una flor de Amancay te entrega su corazón.”
Datos útiles
Los Rápidos, autocamping
Club Andino Bariloche
Lago Mascardi/Parque Nacional Nahuel Huapi
Playas de arena sobre el lago Mascardi
Costa sobre el Río Manso
Albergue
Salón Comedor
Proveduría y kiosco
Artesanías
Sanitarios con agua caliente
Tarifas generales: (011) 1563539311/(0294) 154416120
Por María Celina Lundin
Periodista de la OMPT (Organización Mundial de Periodismo Turístico)