El jefe interino del regulador de la aviación de Europa, ha advertido que el organismo puede suspender su aprobación secundaria de la producción de aviones de Boeing si fuera necesario.
Agregó, no obstante, que se siente tranquilo porque el fabricante de aviones está abordando su última crisis de seguridad. El gigante aeroespacial ha estado bajo una creciente presión sobre los controles de calidad en sus líneas de fabricación desde el 5 de enero, cuando un fallo en el tapón de una puerta lateral la arrancó de golpe de un avión 737 MAX 9 en pleno vuelo, un incidente que la investigación posterior atribuyó a la falta de pernos que no fueron recolocados tras una reparación realizada en una planta del fabricante estadounidense.
El director ejecutivo interino de la EASA, Luc Tytgat, ha hecho los primeros comentarios públicos de que la cooperación internacional que sustenta la producción mundial de aviones se estaba poniendo a prueba como pocas veces ha sucedido anteriormente a causa de la actual crisis que afronta Boeing por la serie 737 MAX, su modelo más vendido.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) dijo la semana pasada que una auditoría de Boeing y su proveedor Spirit AeroSystems encontró múltiples casos de controles de calidad de producción deficientes e “inaceptables”.
Pacto transatlántico
En virtud de un pacto transatlántico, la Administración Federal de la Aviación (FAA) de los Estados Unidos y la EASA regulan las plantas de sus respectivos fabricantes aeronáuticos -Boeing y Airbus- y reconocen mutuamente las aprobaciones de seguridad que unos y otros le otorgan.
Si una parte pierde confianza en los controles de cumplimiento de la otra, puede convocar consultas y, si fracasan, suspender el reconocimiento después de una pausa de 30 días. Sin embargo, son medidas que muy rara vez han ocurrido.
«Todas las herramientas deben ser aplicables, tan pronto como veamos la justificación o la situación que requiere que tomemos las medidas apropiadas», dijo Tytgat, añadiendo que tal acción no era inminente, según Reuters.
La influencia de EASA sobre el diseño de los aviones Boeing ha aumentado después de dos accidentes mortales del MAX, pero no tiene muchas vías de hacer mayor seguimiento de la producción de Boeing, salvo la acción drástica de suspender el reconocimiento.
No obstante, no se observó ninguna amenaza inmediata a la certificación de producción de Boeing. «No vemos por qué no se puede mantener hoy. Se trata más bien de las condiciones de supervisión y seguimiento que existen».
Tytgat dijo que mantuvo una conversación con altos ejecutivos de Boeing que fue tranquilizadora. «He visto un cambio en la dirección. Le dieron mucha importancia a los controles de calidad, a la calidad del producto y me tranquilizó mucho la voluntad de la alta dirección de cambiar… el control de calidad de la producción».
La FAA no se refirió directamente a los comentarios de Tytgat, pero un portavoz reiteró las declaraciones anteriores de la agencia de que Boeing debe comprometerse a realizar «mejoras reales y profundas». En cualquier caso, ya ha sido advertido por el administrador de la FAA, Mike Whitaker, que detendría la producción de Boeing, si veía una razón para ello. De momento ya ha reducido la tasa de producción.
Crisis de seguridad
Las relaciones entre las agencias estadounidenses y europeas han mejorado, pero aún sufren las consecuencias de una crisis anterior por los accidentes fatales de aviones MAX en 2018 y 2019, que provocaron la inmovilización del modelo en todo el mundo.
Tytgat dijo que EASA estaba trabajando extremadamente bien con su homólogo estadounidense, pero sus palabras han sido tomadas como una clara advertencia a la FAA sobre los controles de producción.
La agencia europea dijo que había sido invitada por primera vez por la FAA a unirse a una auditoría de Boeing como observador, a finales de este año, después de que inspectores estadounidenses asistieron a una reciente auditoría europea de una planta de Airbus en Estados Unidos.
Fuente: www.hosteltur.com