El sábado pasado, cerca de 150.000 personas salieron a las calles de Canarias en una manifestación sin precedentes, clamando por un cambio en el modelo turístico de la región. Bajo el lema «Canarias tiene un límite», esta protesta, respaldada por una plataforma conformada por organizaciones sociales y ecologistas, busca un futuro más sostenible para las islas.
El presidente del Gobierno regional, Fernando Clavijo, reconoció las debilidades del sistema económico canario y la necesidad de cambios. Actualmente, cerca del 35% del PIB y casi el 40% del empleo en Canarias están vinculados al turismo, lo que ha generado desequilibrios y tensiones en la sociedad.
La dependencia del turismo ha llevado a una serie de problemas, desde la masificación de lugares emblemáticos hasta el aumento de precios de alquiler y la expulsión de residentes locales debido a los pisos turísticos. Entre los manifestantes se encuentran diversos grupos, desde ecologistas hasta profesionales como Las Kellys, quienes denuncian condiciones laborales injustas en la industria hotelera.
La plataforma convocante exige una moratoria en el desarrollo turístico, la implementación de una tasa turística para financiar proyectos de conservación ambiental, y la regulación de la compra de viviendas por parte de extranjeros. Sin embargo, el presidente Clavijo advierte sobre posibles indemnizaciones millonarias y destaca la necesidad de revisar el modelo actual.
La protesta también refleja preocupaciones ambientales, con activistas señalando el deterioro de la naturaleza debido al turismo masivo. En respuesta, Clavijo asegura que se están considerando medidas concretas para abordar problemas como el alquiler vacacional y la vivienda en el actual mandato.
Fuente: Hosteltur.