Boeing podría estar a punto de enfrentar una crisis laboral sin precedentes, con una posible huelga de 32.000 trabajadores en el estado de Washington. El contrato vigente expira a las 23:59 (hora del Pacífico) del 12 de septiembre, y las conversaciones entre la empresa y el sindicato parecen no estar cerca de un acuerdo. Esta huelga sería la primera en 16 años y marcaría un nuevo capítulo en la serie de problemas que han aquejado a la compañía.
Los desacuerdos abarcan temas cruciales como salarios, atención médica, jubilación y tiempo libre. La empresa y el sindicato están muy distanciados en estos temas, con las bases sindicales expresando un creciente descontento.
Boeing enfrentó en los últimos años una serie de dificultades que incluyen problemas con nuevos modelos de aviones, accidentes por defectos de diseño, problemas de calidad y seguridad, así como un acuerdo de culpabilidad por cargos criminales que han afectado severamente su imagen y finanzas.
A pesar de que ambas partes afirman querer evitar una huelga, las tensiones fueron escalando. Asimismo, la compañía aérea mostró su compromiso de negociar de buena fe, y el nuevo CEO, Kelly Ortberg, señaló su intención de mejorar la relación con el sindicato. Sin embargo, los representantes sindicales no percibieron cambios importantes en la postura de la empresa.
Boeing, a pesar de sus recientes problemas, sigue siendo una fuerza crucial en la economía estadounidense, con un impacto económico estimado en 79,000 millones de dólares y el soporte a 1.6 millones de empleos directos e indirectos. Además, es uno de los dos principales proveedores de aviones comerciales, lo que significa que una huelga podría afectar gravemente a la industria aérea global.
Con la fecha límite de la negociación acercándose rápidamente, la resolución de esta disputa será crucial no solo para Boeing y sus empleados, sino también para la estabilidad de la industria aeronáutica en su conjunto.