El paro de los aeronáuticos, que se desató nuevamente el viernes 13 y continuó hasta el sábado 14, no solo evidenció las profundas tensiones entre los gremios y Aerolíneas Argentinas, sino que también dejó al descubierto la falta de consenso en el sector. A lo largo de la semana, las cancelaciones de vuelos y las demoras masivas generaron frustración entre los pasajeros, mientras que el gobierno de Javier Milei se pronunció estableciendo la reglamentación de la esencialidad de los vuelos y mantener con firmeza la decisión de privatizar o cerrar la aerolínea de bandera. En el medio, también se conoció la intención de varias compañías aéreas de comprarla, medidas que intentan contener el impacto económico y social de un conflicto que, a todas luces, sigue lejos de resolverse.
Apenas las agujas del reloj marcaron las 12 del mediodía del sábado, se dio por finalizado el paro que inició el día viernes. Volando el primer vuelo con rumbo a Madrid desde Ezeiza, a las 13.40, mientras que desde Aeroparque lo hizo el AR1780 a las 12.30 con rumbo a Iguazú. La protesta por 24 horas estuvo encabezada por Pablo Biró, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas y por Juan Pablo Brey, referente de la Asociación Argentina de Aeronavegantes.
En un escenario de tregua provisoria, tanto Aerolíneas como el gobierno nacional ponen sobre la mesa las perdidas ocasionados por la medida de fuerza de pilotos aeronáuticos. Ambas partes plantean diferentes situaciones deficitarias que involucran desde compensaciones, comidas y hostelería hasta traslados y multas millonarias.
Las cifras de la protesta
El paro provocó más de 300 cancelaciones y 37.000 pasajeros se vieron afectados, de acuerdo con datos de la línea de bandera. Además, se detuvo la actividad en Aeroparque Jorge Newbery, así como en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. También afectó la operatoria de las compañías low cost. En este contexto, las autoridades expresaron que se perdieron “entre 2 y 3 millones de dólares durante la jornada de huelga, además del daño provocado a la marca de la aerolínea”.
El presidente de Aerolíneas Argentinas, Fabián Lombardo, informó grandes pérdidas económicas: “El paro nos costará entre 2.5 y 3 millones de dólares. No es solo el costo, sino que la marca Aerolíneas se ve dañada. Estamos notando que las reservas empiezan a caer, porque los pasajeros empiezan a dejar de confiar y comprar nuestro producto. Hemos notado una caída de las reservas en el tráfico doméstico del 20% y del internacional del 10%”, habría dicho a medios nacionales.
Puntos claves de la lucha gremial con el gobierno
Este conflicto tiene sus raíces en varios factores que afectan tanto a la empresa estatal como a la relación entre los sindicatos aeronáuticos y las políticas económicas de los gobiernos, que, con Javier Milei, prometen un giro radical. Para conocer con más profundidad esa puja, se detallan los principales puntos del enfrentamiento.
Aerolíneas Argentinas: una empresa estatal sostenida con fondos públicos
Aerolíneas Argentinas es una compañía aérea de bandera nacional, estatal desde su renacionalización en 2008. Esta aerolínea fue históricamente apoyada por el Estado con fondos públicos, y los costos operativos fueron una fuente recurrente de debate, especialmente considerando los niveles de déficit que genera. Según diversos análisis, la empresa necesita constantemente subsidios multimillonarios para seguir operando.
Decisiones del Presidente
Javier Milei, presidente de Argentina, fue enfático en su propuesta de reducir drásticamente el tamaño del Estado, promoviendo una economía de mercado sin intervencionismo estatal. Una de sus ideas más controversiales es la privatización de Aerolíneas Argentinas o incluso su cierre si no se lograra hacerla rentable. Él propone que el mercado regule la oferta y demanda de vuelos, y se conoció también la intención de compañías privadas de comprar la aerolínea de bandera.
En los últimos días, el presidente de Aerolíneas Argentinas, Fabián Lombardo, reveló el interés de grupos internacionales en adquirir la aerolínea estatal, como por ejemplo Avianca, Latam y Azul Líneas Aéreas.
Los gremios aeronáuticos en defensa de los derechos laborales
El gremio aeronáutico en Argentina está compuesto por varias organizaciones sindicales que representan a los trabajadores del sector, entre los que destacan los pilotos, técnicos, tripulantes de cabina y personal de tierra. Estos gremios, como la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, liderada por Pablo Biró y la Asociación Argentina de Aeronavegantes, comandada por Juan Pablo Brey, fueron actores clave en la defensa de los derechos laborales, la estabilidad en el empleo, la negociación de convenios colectivos y la protección de los beneficios laborales.
Despidos
De hecho, los paros organizados durante las últimas dos semanas tuvieron como motivo principal el pedido de aumento de sueldo en un 70%, además de solicitar la reincorporación de 3 empleados que fueron despedidos por la propia Aerolínea, debido a una supuesta inconducta laboral grave relacionada con un paro en el que participaron. Los pilotos se negaron a volar un avión alquilado que debía regresar sin pasajeros a su propietario, cumpliendo así un mandato del gremio de pilotos APLA.
Estos sindicatos se caracterizan por mantener una postura fuerte y en ocasiones, organizan este tipo de paros o huelgas para exigir mejoras salariales o rechazar medidas que consideran perjudiciales para los trabajadores.
Los paros, llevados a cabo por los gremios aeronáuticos no solo afectaron a Aerolíneas Argentinas, sino que impactaron en todo el sector aeronáutico del país. Esto generó demoras, cancelaciones y grandes inconvenientes para los pasajeros, tanto a nivel nacional como internacional. Además, el turismo y otros sectores vinculados a los viajes se vieron afectados por estas interrupciones.
En términos actuales, el conflicto entre Aerolíneas Argentinas, el gremio aeronáutico y el gobierno de Javier Milei representa un choque de ideologías sobre el rol del Estado en la economía y la protección de los derechos laborales. Los gremios defenderán sus conquistas y los empleos, mientras que el presidente de la Nación busca aplicar su visión de un Estado más reducido, dejando en claro que las tensiones no avizorarían una. resolución clara a la vista.