El panorama de las vacaciones de septiembre en Uruguay refleja una notable disparidad entre el turismo emisivo y el receptivo.
Según Carlos Pera, presidente de la Asociación Uruguaya de Agencias de Viajes (Audavi), el turismo emisivo registró un crecimiento significativo, con un aumento del 20% al 30% en ventas respecto al año pasado. Esto se debe, en gran medida, a la contratación de vuelos chárter y a la alta demanda de destinos como el noreste de Brasil, donde los cupos se agotaron rápidamente.
Además, se observó un fenómeno similar en las excursiones terrestres a destinos clásicos como Bariloche, Iguazú y Florianópolis, con más de 50 buses programados para salir.
Sin embargo, el turismo receptivo, que involucra la llegada de extranjeros al país, no tuvo el mismo éxito. Las agencias que dependen de la llegada de turistas internacionales enfrentan un panorama mucho más desalentador, con niveles de visitantes por debajo de las expectativas. Este contraste pone de manifiesto el cambio en las preferencias de los uruguayos, quienes están optando cada vez más por destinos internacionales, impulsados por la disminución de la diferencia cambiaria con Argentina y el atractivo creciente de otros lugares como Brasil, el Caribe, Estados Unidos y Europa.