Durante una mesa redonda en el Tourism Innovation Summit (TIS) en Sevilla, autoridades de varias comunidades autónomas de España debatieron sobre cómo las regiones turísticas deben enfrentar la turismofobia, destacando la importancia de basarse en datos reales, la regulación de la vivienda vacía y el control de la oferta ilegal de pisos turísticos.
Arturo Bernal, consejero de Turismo y Andalucía Exterior, señaló que la gestión basada en datos es clave para combatir la narrativa negativa sobre el turismo. En su intervención, subrayó que «el dato mata el relato», destacando cómo en Andalucía se ha pasado de la intuición a la gestión sustentada en cifras concretas. Además, hizo hincapié en que el turismo debe ser sostenible no solo ambientalmente, sino también económicamente y socialmente, logrando que las personas perciban al turismo como una industria poderosa que afecta positivamente a otras actividades.
Nuria Montes, consejera de Turismo de la Comunidad Valenciana, coincidió en que las regiones juegan un papel fundamental en este desafío, ya que están más cerca de los ciudadanos y conocen de primera mano los cambios en las pautas de consumo de los europeos. Montes destacó que más del 70% de la población en España viaja, y en los jóvenes de entre 14 y 24 años ese porcentaje alcanza el 80%.
Jaume Bauzá, consejero de Turismo de Baleares, enfatizó los problemas derivados de la falta de políticas estatales en torno a la vivienda. Aunque el turismo ha contribuido a la demanda de viviendas, el problema, según Bauzá, es principalmente la falta de una regulación adecuada de la vivienda plurifamiliar turística ilegal, un tema que su gobierno está tratando de solucionar para evitar tensiones entre residentes y turistas.
Por su parte, Jessica de León, consejera de Canarias, reclamó un plan estatal integral para abordar el problema de la vivienda, que está agravando la turismofobia. Destacó que, en el caso del archipiélago, la falta de suelo disponible y la escasez de vivienda de protección oficial exacerbaron la situación. En respuesta, el gobierno de Canarias comenzó a redefinir el uso del suelo, diferenciando entre uso hotelero, residencial y turístico.
Los consejeros coincidieron en que el problema de la turismofobia no debe atribuirse únicamente al turismo, ya que hay otros factores, como las viviendas vacías o la falta de políticas estatales. Bernal destacó que en Andalucía solo el 4% de las viviendas es turística, mientras que en la Comunidad Valenciana ese porcentaje es del 2%, lo que muestra que el turismo no es el principal culpable de la crisis habitacional.