Zurab Pololikashvili, secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), señaló que la guerra y el turismo son incompatibles, resaltando que un país en conflicto no puede liderar el impulso del turismo. El diplomático georgiano dirige desde 2018 la agencia de Naciones Unidas dedicada al turismo, una organización que bajo su liderazgo suspendió por primera vez a uno de sus miembros: Rusia, a raíz de la invasión a Ucrania.
Pololikashvili comentó que, además de la guerra, la pandemia de Covid-19 fue uno de los mayores desafíos para el sector, aunque subrayó que el turismo ha demostrado una resiliencia excepcional. En 2023, la actividad turística alcanzó un 95% de los niveles previos a la pandemia, destacando la rápida recuperación a pesar de las restricciones de viajes y el impacto económico. Asimismo, mencionó que Oriente Medio fue una de las regiones con mayor crecimiento en el último año, aunque el conflicto en Gaza y las tensiones en países vecinos podrían afectar estas cifras.
Sobre la pandemia, Pololikashvili observó un cambio en las tendencias: los jóvenes ahora viajan más, mientras que el turismo doméstico ha ganado popularidad. Sin embargo, la creciente demanda ha resultado en una subida de precios, especialmente en vuelos y hoteles, un problema que, según el secretario general, debe ser abordado mediante la diversificación de destinos y productos turísticos.
Frente a los problemas de masificación, Pololikashvili destacó que la responsabilidad de controlar los flujos turísticos recae en los gobiernos locales, quienes tienen en sus manos la posibilidad de implementar innovaciones y limitaciones. En ese sentido, sugirió que la pandemia fue una oportunidad para corregir errores previos y adaptar el turismo a las demandas actuales.