Históricamente, Uruguay pudo mantener una sólida reputación como destino turístico, y su industria demostró una notable madurez y resiliencia frente a cambios políticos. En este contexto, el balotaje del domingo 24 de noviembre, que consagró a Yamandú Orsi como presidente, generó interrogantes sobre posibles cambios en la conducción del Ministerio de Turismo (MINTUR) y su impacto en el sector.
En declaraciones previas al resultado electoral, actores clave del turismo nacional expresaron su confianza en que el cambio de administración no afectaría la estabilidad del sector. “Nuestro turismo está maduro y el resultado del balotaje sea cual sea no lo afectará», señalaron fuentes del ámbito turístico, destacando la evolución del sector a lo largo de las últimas décadas.
Durante los gobiernos del Frente Amplio, particularmente en el primer mandato de Tabaré Vázquez (2005-2010), la administración de Héctor Lescano fue reconocida por establecer puentes entre el sector público y privado. No obstante, decisiones posteriores, como el cese de Lescano en 2012 y el protagonismo de figuras como Benjamín Liberoff, generaron críticas sobre una falta de conexión con la actividad privada.
Con Orsi al frente del Ejecutivo, se especula sobre las posibles figuras que podrían liderar el MINTUR. Entre los nombres más mencionados están Horacio Yanes, actual director de Turismo de Canelones y figura cercana al presidente electo; Claudio Quintana, un académico con amplia trayectoria en planificación turística; Antonio Carámbula, ex director de Uruguay XXI y actor relevante en las administraciones anteriores; y Liliam Kechichian, quien acumuló 14 años de experiencia en el ministerio.
Si bien cada uno tiene fortalezas y desafíos particulares, el nombramiento del equipo jerárquico será clave para determinar el enfoque del próximo período. Temas como la sostenibilidad, la innovación y la promoción internacional seguirán siendo esenciales para mantener a Uruguay como un destino atractivo y competitivo en la región.
La comunidad turística espera con interés las decisiones del próximo gobierno, confiando en que prevalezca un enfoque que combine experiencia, visión estratégica y compromiso con la colaboración público-privada, valores que siempre caracterizaron el desarrollo del turismo en el país.