Un avión Embraer 190 de Azerbaijan Airlines, que cubría la ruta Bakú-Grozny, sufrió un accidente trágico este miércoles cerca de Aktau, Kazajistán, dejando al menos 39 fallecidos y 28 sobrevivientes, según los primeros informes de las autoridades kazajas. La noticia conmocionó al sector turístico y aéreo internacional, dado el impacto que puede tener en la percepción de seguridad de las rutas en Eurasia.
El siniestro y los detalles del vuelo
La aeronave, que había solicitado aterrizar de emergencia en Majachkalá debido a las malas condiciones climáticas en Grozny, fue desviada a Aktau. Sin embargo, un fallo técnico reportado por la tripulación, posiblemente causado por una bandada de pájaros en los motores, resultó en el fatal desenlace a las 9:28 hora local.
A bordo viajaban 67 personas, incluidos 5 miembros de la tripulación. Según los informes preliminares del Ministerio de Transporte de Kazajistán, los pasajeros eran en su mayoría ciudadanos de Azerbaiyán (37), además de rusos, kazajos y kirguises.
Impacto en el turismo regional
El accidente puso en el foco la seguridad en rutas estratégicas para el turismo y el comercio en la región. Aktau, situada a orillas del Mar Caspio, es una ciudad clave para viajeros internacionales que buscan explorar Asia Central y el Cáucaso. La percepción de riesgos aéreos podría afectar la llegada de turistas a estas regiones emergentes.
La creciente conectividad aérea entre Europa, Asia y Medio Oriente fomenta un auge turístico en el área, con destinos como Bakú y Grozny en auge por su oferta cultural e histórica. Sin embargo, incidentes como este pueden influir negativamente en la confianza de los viajeros.
Medidas y próximos pasos
La industria turística y las aerolíneas están observando de cerca los resultados de la investigación, que hasta ahora apunta al choque con pájaros como posible causa. Las autoridades kazajas y azerbaiyanas permitieron reforzar las inspecciones de seguridad y los protocolos de emergencia en las rutas afectadas.
Mientras tanto, operadores turísticos, especialmente aquellos especializados en Asia Central y el Cáucaso, expresaron su solidaridad con las víctimas y comenzaron a evaluar estrategias para recuperar la confianza de los viajeros en la región.