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Pudo ser una tragedia: un avión de Air Canada se incendió tras fallo en su tren de aterrizaje

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Un vuelo de Air Canada protagonizó un dramático episodio el sábado por la noche en el Aeropuerto Internacional Stanfield de Halifax, Canadá, tras una falla en su tren de aterrizaje. El incidente ocurrió pocas horas después de una tragedia similar en Corea del Sur que dejó 179 muertos, resaltando preocupaciones globales sobre la seguridad aérea.

El avión, un Bombardier Q400 operado por PAL Airlines, transportaba 73 personas desde San Juan de Terranova, ubicado a casi 1500 kilómetros al noroeste. En la aproximación final, los pilotos detectaron un «problema sospechoso» con el tren de aterrizaje. Al no desplegarse correctamente, el ala izquierda de la nave impactó contra la pista, provocando un incendio.

Evacuación y respuesta de emergencia

Gracias a la rápida intervención del personal aeroportuario y los bomberos locales, todos los pasajeros y la tripulación fueron evacuados con éxito, sufriendo únicamente lesiones leves. El portavoz de Air Canada, Peter Fitzpatrick, confirmó que no hubo víctimas fatales, destacando el éxito de los protocolos de emergencia.

El aeropuerto de Halifax permaneció cerrado durante una hora y media, causando demoras y cancelaciones de vuelos programados. Un video grabado por un pasajero desde el interior del avión capturó el dramático momento en que el ala izquierda fue consumida por las llamas, mientras el fuselaje se llenaba de humo.

Paralelismos con la tragedia en Corea del Sur

Este accidente ocurrió poco después de un devastador evento en Muan, Corea del Sur, donde un avión de Jeju Air, también afectado por problemas en su tren de aterrizaje, se estrelló contra un muro y explotó, dejando 179 fallecidos entre los 181 pasajeros. La tragedia conmocionó a la comunidad internacional y subrayó la necesidad de mayores controles de seguridad en la aviación comercial.

Impacto en el turismo y la aviación

Este tipo de accidentes tienen repercusiones significativas en la percepción de seguridad en los viajes aéreos, especialmente en regiones turísticas como Canadá. Halifax, un destino conocido por su rica historia marítima y su vibrante cultura local, podría enfrentar una disminución temporal en la llegada de turistas tras este evento.

Sin embargo, la rápida respuesta de las autoridades y la ausencia de víctimas mortales han ayudado a minimizar el impacto negativo. Los expertos destacan que estos incidentes, aunque preocupantes, son excepcionales considerando el volumen de vuelos diarios en todo el mundo.

Mientras tanto, la investigación de los dos accidentes está en curso, y los resultados podrían conducir a mejoras en los estándares de seguridad aérea, beneficiando a pasajeros y operadores en todo el planeta.