En un mundo donde el cambio climático y las temperaturas extremas reconfiguraron nuestras prioridades, el turismo también se vio transformado. Atrás quedaron los días en que el sol y el calor dominaban las preferencias de los viajeros. Hoy, el turismo del frío, que destaca destinos invernales o frescos tanto en verano como en invierno, se posiciona como una de las tendencias más atractivas.
El interés por los paisajes nevados, las auroras boreales y experiencias únicas en climas templados está redefiniendo el sector turístico. Según un informe de la compañía Mabrian, destinos nórdicos como Islandia, Noruega y Finlandia, junto con otros lugares como Suiza, Canadá y Japón, lideran esta transformación con experiencias que combinan naturaleza, exclusividad y sostenibilidad.
El atractivo de los destinos fríos
Los destinos invernales ofrecen una desconexión única. Desde explorar cuevas de hielo en Islandia hasta participar en safaris en trineos en Noruega, los viajeros buscan experiencias memorables en paisajes menos concurridos. Además, el turismo sostenible cobró relevancia, atrayendo a quienes desean explorar entornos naturales con bajo impacto ambiental.
En lugares como Zúrich, los mercadillos navideños y las actividades culturales durante los meses fríos han experimentado un crecimiento notable. La ciudad suiza, conocida por su calidad de vida y proximidad a los Alpes, combina historia, cultura y naturaleza, convirtiéndose en un destino ideal para escapadas invernales.
El fenómeno de Islandia: la tierra del hielo y el fuego
Islandia, un país de contrastes naturales, se ha convertido en un referente del turismo experiencial. Sus glaciares, géiseres, cascadas y playas de arena negra cautivan a quienes buscan aventuras únicas. Entre sus atracciones más destacadas están el Círculo de Oro, el glaciar Vatnajökull y la mágica aurora boreal. Además, actividades como avistamiento de ballenas y relajarse en aguas termales enriquecen la experiencia.
Un cambio en los patrones de viaje
El impacto del cambio climático y la pandemia ha llevado a los viajeros a priorizar destinos más exclusivos y experiencias que conecten con la naturaleza. Esta tendencia está redefiniendo las propuestas de agencias de viajes, que ahora incluyen itinerarios personalizados y colaboraciones con expertos locales para ofrecer inmersiones auténticas y sostenibles.
El turismo del frío no solo responde a un cambio climático palpable, sino también a la búsqueda de experiencias que resaltan la autenticidad y exclusividad, marcando un hito en las preferencias de los viajeros modernos.