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El carnaval de negros y blancos de Pasto: patrimonio cultural que celebra la identidad del sur de Colombia

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El Carnaval de Negros y Blancos, celebrado cada año en la ciudad de Pasto, Nariño, es una de las festividades culturales más representativas de Colombia y fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2009. Este evento no sólo reúne a miles de colombianos, sino que también atrae a turistas internacionales que buscan vivir una experiencia única cargada de arte, tradición y una profunda conexión con la historia y la naturaleza.

Para conocer más sobre este tradicional y emblemático evento, Tres60.Travel entrevistó de forma exclusiva a Andrés Jaramillo, gerente de Corpocarnaval, quién comentó sobre los orígenes y el significado que tiene este carnaval.

Con raíces en la época colonial, el carnaval es una fusión de tradiciones indígenas, españolas y africanas que simbolizan la convivencia y la igualdad. Su nombre hace referencia a dos días icónicos: el Día de los Negros, donde las personas se pintan el rostro de negro en señal de unión, y el Día de los Blancos, donde el talco y la pintura blanca invitan al juego y la celebración colectiva.

La fiesta y su desarrollo

Jaramillo dijo que el carnaval comienza con un preámbulo el 28 de diciembre, conocido como el Día de los Santos Inocentes, con actividades que incluyen creaciones artísticas en el asfalto hechas con tiza. Continúa el 31 de diciembre con los «Años Viejos», monigotes que representan figuras políticas y sociales en una sátira cargada de creatividad.

El 2 de enero se celebra el Carnavalito, un desfile infantil que refleja la herencia cultural de las nuevas generaciones. Posteriormente, los días 4 y 5 se llenan de música, danzas y comparsas que culminan el 6 de enero con el Desfile Magno, donde carrozas monumentales, disfraces y comparsas recorren las calles de Pasto a lo largo de 4.2 kilómetros.

Impacto cultural y turístico

Según explicó el gerente de Corpocarnaval, este año, el carnaval alcanzó cifras récord con más de 400.000 asistentes, provenientes de diversas regiones de Colombia y del extranjero. Dijo que la afluencia de turistas impulsó la economía local y demostró la capacidad organizativa de la ciudad. Además, la festividad destacó por su sostenibilidad y compromiso con las tradiciones.

El arte como protagonista

La carroza ganadora de esta edición, llamada La Vorágine, rindió homenaje al taita Querubín, un líder ancestral emblemático en la cultura del sur de Colombia, y a la novela homónima que relata las vicisitudes de la región. Esta creación, junto con otras que destacaron la naturaleza y el patrimonio andino, reflejó la identidad cultural y el respeto por los recursos naturales.

Planes futuristas

Finalizada esta edición, la organización ya trabaja en el Carnaval 2026, enfocado en preservar su esencia y superar las expectativas de años anteriores. Los artistas locales comenzarán en marzo a diseñar los prototipos de carrozas y actividades para seguir sorprendiendo al mundo con su creatividad.