Los viajeros mayores de 65 años están redefiniendo las reglas del juego en el turismo europeo. Con más tiempo libre, estabilidad económica y un marcado interés por el bienestar y la cultura, el público senior se posiciona como un actor clave en la dinamización del sector fuera de temporada alta.
Según un reciente estudio de TUI Musement, plataforma especializada en excursiones y actividades del grupo TUI, destinos como La Palma y Menorca se destacan entre los más valorados por este segmento de viajeros, que privilegia la tranquilidad, el contacto con la naturaleza y las experiencias auténticas. De hecho, ambas islas españolas forman parte del top 7 europeo para el turismo senior, junto con Lárnaca (Chipre), Scíathos y Cefalonia (Grecia), Madeira (Portugal) y Sorrento (Italia).
En estos destinos, las actividades preferidas por los baby boomers –personas entre 55 y 75 años– incluyen paseos por entornos naturales, visitas culturales y excursiones relajadas, siempre con un enfoque en el confort y el disfrute pausado. En La Palma, por ejemplo, sobresalen los recorridos hacia el Roque de los Muchachos y el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, mientras que en Menorca, los cruceros costeros y los yacimientos arqueológicos son los grandes favoritos.
La creciente demanda de este perfil de turista también impulsa una oferta adaptada: desde TUI Spain destacan que han ampliado su catálogo de productos diseñados especialmente para mayores de 55 años, con propuestas pensadas para ser vendidas a través de agencias de viajes.
“El público senior no solo busca comodidad, sino también autenticidad y nuevas vivencias. Son clientes exigentes y con poder adquisitivo, lo que los convierte en un grupo estratégico para el turismo en Europa”, subrayan desde la compañía.
A nivel nacional, otros destinos españoles como Lanzarote, Tenerife, Barcelona y la Costa del Sol también figuran entre los preferidos por este segmento, consolidando al país como un referente del llamado “turismo silver”.
Con una población europea que supera el 21% de mayores de 65 años, el fenómeno del envejecimiento activo impulsa nuevas dinámicas turísticas. Al viajar fuera de temporada alta, los adultos mayores contribuyen no solo a desestacionalizar la actividad, sino también a fomentar la sostenibilidad y a mantener viva la economía de los destinos más allá del verano. Europa se adapta así a una nueva era, donde el turismo se vive con otro ritmo, pero con igual pasión por descubrir el mundo.