Lituania y España: un puente cultural inesperado

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Aunque separadas por miles de kilómetros, Lituania y España comparten vínculos históricos y culturales que sorprenden a quienes visitan este país báltico. Con ciudades vibrantes, museos fascinantes y un profundo respeto por la historia, Lituania se presenta como un destino ideal para quienes desean explorar una Europa menos conocida, pero estrechamente conectada con nuestra herencia.

Vilna: historia viva y creatividad sin fronteras

La capital lituana, Vilna, encanta con su mezcla de tradición y modernidad. Su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se entrelaza con espacios vanguardistas donde la innovación florece. Entre sus imperdibles está el Museo del Automóvil, ubicado en una antigua cochera soviética, donde destaca un lujoso Hispano-Suiza H6B, joya de la ingeniería española de los años 20. Este modelo, pionero en incorporar servofrenos, fue conducido por figuras como Picasso, Chanel y Einstein.

Otro espacio emblemático es el Museo de la Energía y la Tecnología, un antiguo complejo industrial transformado en centro cultural, que recuerda al Matadero de Madrid por su espíritu creativo. Los amantes de la historia monetaria también pueden visitar el Museo de la Moneda, donde es posible comparar pesetas con las antiguas litas y admirar una pirámide de un millón de monedas, reconocida por el Récord Guinness.

Las huellas españolas también se sienten en los alrededores de Vilna, donde comerciantes y diplomáticos ibéricos dejaron su marca en la arquitectura y la cultura entre los siglos XVI y XVII.

Kaunas: diseño, memoria y cultura compartida

A solo hora y media de Vilna, Kaunas ofrece una dosis de arte y diseño. Fue Capital Europea de la Cultura en 2022 y destaca por su arquitectura modernista de entreguerras. El bulevar peatonal Laisvės Alėja y los edificios Bauhaus de los años 30, actualmente candidatos a Patrimonio Mundial, son testimonio de su riqueza arquitectónica.

Entre sus guiños a España, Kaunas presume una calle dedicada a Miguel de Cervantes y un monumento a soldados españoles que lucharon junto a los lituanos en su Guerra de Independencia del siglo XIX.

Sabores que cruzan fronteras

La gastronomía lituana también sorprende con guiños familiares. La arraigada cultura del café incluye opciones como el café con canela, y el dulce tradicional šakotis, con forma de árbol, evoca al bizcocho bundt español, combinando sabor y nostalgia.

Un viaje que une culturas

Viajar a Lituania es sumergirse en una historia compartida, descubrir símbolos españoles reinterpretados en otro contexto y conectar con una Europa que, aunque distante, se siente cercana. Monumentos, nombres, sabores y objetos familiares aparecen bajo una nueva luz, creando una experiencia única y enriquecedora.