El Ayuntamiento de Madrid aprobó provisionalmente el Plan Reside, una reforma clave al Plan General de Ordenación Urbana, con el objetivo de proteger el uso residencial en la ciudad y ordenar la oferta turística. La nueva normativa impide que los pisos turísticos operen en edificios residenciales, promoviendo su concentración en inmuebles dedicados exclusivamente a esta actividad y en zonas tercerizadas.
La medida busca equilibrar el desarrollo económico con la calidad de vida de los vecinos, preservando el parque de vivienda habitual en el centro de Madrid. Borja Carabante, delegado de Urbanismo, destacó que el plan permite la existencia de pisos turísticos sin desplazar a los residentes.

Entre sus principales medidas, el Plan Reside simplifica la regulación anterior (PEH 2019) y se enfoca en dos zonas: el centro histórico y el resto de la ciudad. En el centro, se prohíben los alojamientos turísticos en inmuebles residenciales, permitiendo excepciones solo bajo licencias temporales de 15 años con condiciones de rehabilitación.
Además, se ofrecerán incentivos urbanísticos para reconvertir edificios terciarios y dotacionales obsoletos en viviendas residenciales, con foco en el alquiler asequible y coliving. Actualmente existen 210 edificios con estas características solo en el centro histórico.
El plan también prohíbe la transformación de locales comerciales de barrio en viviendas turísticas, buscando preservar el comercio de proximidad, que perdió más de 3.300 establecimientos entre 2015 y 2024. La normativa será ahora evaluada por la Comunidad de Madrid y podría entrar en vigor en agosto.