El turismo norteamericano comienza a virar su rumbo: cada vez más ciudadanos de Estados Unidos están optando por destinos como México y República Dominicana en lugar de Europa. Según la cadena Hyatt, el cambio responde a tres factores clave: el temor a un rechazo percibido en Europa por la imagen del presidente Donald Trump, las protestas contra la masificación turística y una creciente sensibilidad al precio.
El modelo todo incluido y la cercanía geográfica posicionan al Caribe como una opción atractiva y accesible para quienes buscan vacaciones sin sobresaltos. A esta tendencia se suma también un descenso notable del turismo canadiense hacia EE.UU., con caídas históricas en los cruces por carretera y en vuelos, consolidando aún más el protagonismo turístico de Cancún y Punta Cana.
Este fenómeno marca un giro estratégico para los operadores turísticos y plantea nuevos retos para Europa como destino cultural y vacacional.