México enfrenta una crisis vial que amenaza al turismo interno

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En una nueva columna para tres60.travel, el especialista mexicano Armando de la Garza advirtió sobre el deterioro de las rutas carreteras en México, justo en el inicio de la temporada de verano. El periodista destacó que más del 60% de las carreteras del país se encuentran en condiciones deficientes, lo que afecta directamente al turismo interno, especialmente al que se moviliza por vía terrestre.

Durante su intervención, De la Garza hizo foco en la carretera nacional 57, que conecta desde Piraneras hasta Ciudad de México, atravesando más de 1.300 kilómetros. “Es una vía estratégica para el turismo y está en un estado lamentable: baches, falta de estaciones de servicio, inseguridad y tramos intransitables”, denunció. Según comentó, por esta ruta ingresan miles de turistas, principalmente provenientes de Estados Unidos.

El columnista también compartió cifras reveladoras: la carretera que une Querétaro con Ciudad de México registra más de 100.000 vehículos diarios, de los cuales cerca del 30% corresponde a transporte de carga. Sin embargo, lamentó que en más de cuatro décadas no haya habido ampliaciones estructurales significativas. “Se prometen inversiones, pero en muchos casos solo se habla de tapar baches cuando lo que se necesita es reconstrucción total”, sostuvo.

Además del mal estado físico de las rutas, De la Garza alertó sobre la inseguridad creciente en zonas como Guerrero y el Pacífico, donde los cortes por protestas o deslaves son frecuentes. También mencionó que, desde la desaparición de la Policía Federal de Caminos, la seguridad en las vías disminuyó notablemente. “Los pueblos mágicos, que son accesibles casi en su totalidad por carretera, no pueden crecer si los caminos están destruidos o son inseguros”, agregó.

Para concluir, Armando de la Garza llamó a las autoridades a asumir un compromiso real y sostenido para recuperar la red vial del país. “Hay que dejar de pensar solo en votos y empezar a invertir en infraestructura crítica para el turismo. Si no lo decimos, no pasa nada”, afirmó. Su testimonio refuerza una idea clara: sin rutas seguras y transitables, el desarrollo turístico de México corre riesgo.