Las aerolíneas ven un futuro prometedor en Latinoamérica, pero reclaman bajar impuestos para crecer

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El tráfico aéreo en América Latina y el Caribe se triplicó en lo que va del siglo XXI, y las proyecciones para 2050 son más que alentadoras. Sin embargo, las principales aerolíneas de la región advierten que el alto costo de las tasas e impuestos por pasajero continúa siendo uno de los mayores obstáculos para el desarrollo del sector.

Durante la 21ª Asamblea General Anual y Foro de Líderes de Aerolíneas de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), celebrada en Lima, los directivos del sector coincidieron en la necesidad de reducir la carga impositiva para poder aprovechar plenamente el potencial de conectividad de la región.

“En 2024 alcanzamos los niveles más altos de tráfico de toda nuestra historia y en 2025 seguimos viendo un fuerte impulso. Latinoamérica y el Caribe están más conectados que nunca”, expresó el director ejecutivo de ALTA, Peter Cerdá. Según los datos presentados, la aviación comercial generó 240.000 millones de dólares —equivalentes al 3,6 % del PIB regional— y más de 8 millones de empleos entre directos e indirectos. Para 2033, se prevé que la cifra se duplique y alcance los 500.000 millones de dólares, con 15 millones de puestos laborales.

Cerdá destacó que países como Brasil, Colombia, Panamá, Chile y México se han convertido en verdaderos motores de la aviación global. Sin embargo, advirtió que los altos costos y la sobrerregulación limitan el crecimiento: “Las aerolíneas son rentables, pero con márgenes mínimos de apenas 3,40 dólares por pasajero. América Latina sigue siendo la región más cara del mundo en tasas e impuestos, lo que afecta directamente la conectividad y la competitividad”.

El ejecutivo también remarcó que más de la mitad de los vuelos de la región operan en aeropuertos congestionados, lo que incrementa los costos y reduce la eficiencia. “Un entorno regulatorio predecible y colaborativo permite que la competencia prospere y el mercado se autorregule”, afirmó.

Por su parte, el presidente del comité ejecutivo de ALTA, Roberto Alvo, criticó la intención de aplicar una nueva tasa a los pasajeros en conexión internacional en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima, advirtiendo que esto “afectará la conectividad, el turismo y el desarrollo económico del país”. También cuestionó la reciente ley de combustibles de Brasil, que exige el uso de biocombustibles sostenibles (SAF) a partir de 2027, pese a que “la región aún no produce una sola gota de este tipo de combustible”.

En el cierre del foro, el secretario general de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), Juan Carlos Salazar, recordó que los países miembros del organismo fijaron tres grandes objetivos hacia 2050: cero víctimas por accidentes o actos ilícitos, cero emisiones netas de carbono y conectividad aérea universal.

Con una industria que crece a pasos firmes pero enfrenta grandes desafíos, las aerolíneas latinoamericanas ven un futuro prometedor, siempre que los gobiernos acompañen con políticas que promuevan la competitividad y la sostenibilidad del transporte aéreo.