La Ruta del Vino Montilla-Moriles dio un paso histórico al presentar el primer proyecto de ciclo-enoturismo desarrollado por una Ruta del Vino en España, en colaboración con la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC). La propuesta, mostrada en Expo AIRE ante turoperadores especializados, integra deporte, cultura del vino y territorio bajo un modelo de turismo activo y sostenible.
El proyecto posiciona a Montilla-Moriles como referencia nacional en experiencias que combinan bicicleta, paisaje y patrimonio vitivinícola. Durante la presentación, Carmelo Scarlatti, Project Manager del Área Técnica de la RFEC, destacó la evolución del programa Bike Territory y la relevancia de que, por primera vez, una Ruta del Vino forme parte del mismo.
A su turno, Rafa Cabello, gerente de la Ruta del Vino Montilla-Moriles, explicó el trabajo realizado en los últimos meses para transformar el territorio en un espacio cicloturista totalmente adaptado. La iniciativa incorpora señalización específica, herramientas digitales y criterios de accesibilidad pensados para mejorar la experiencia del visitante.
Scarlatti subrayó que la bicicleta es mucho más que competición: es una herramienta de desarrollo territorial, movilidad sostenible y revitalización del mundo rural. En su visión, el proyecto demuestra el potencial de un territorio cuando se diseña desde la mirada del cicloturista y se articula con la comunidad local.
La propuesta de ciclo-enoturismo reúne una red de rutas que permiten pedalear entre viñedos, adentrarse en los paisajes del sur de Córdoba y conectar bodegas, lagares, miradores, patrimonio histórico y espacios naturales con autonomía gracias a la digitalización del recorrido. El resultado es uno de los productos cicloturistas más completos del país, preparado para distintos niveles y perfiles de viajeros.
La iniciativa forma parte de la estrategia de la Ruta del Vino de apostar por un enoturismo activo, alineado con las tendencias europeas y con una demanda creciente de experiencias que combinan actividad física, naturaleza y gastronomía local. Montilla-Moriles consolida así una oferta que une vino, paisaje y bicicleta bajo un mismo concepto turístico, pensado para quienes buscan viajar en movimiento y conectados con la esencia del territorio.


