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Argentina tiene el globo aerostático que mide como un edificio de 9 pisos

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En Mendoza, la provincia ubicada en región de Cuyo, en Argentina sobrevuela el globo aerostático más grande y técnicamente más avanzado que se haya conocido hasta ahora en el país. Recorre la precordillera, partiendo desde Junín, a unos 60 kilómetros de la capital provincial.

 

Desde el silencio y en medio de la calma más absoluta, la nueva plataforma, con capacidad para 16 pasajeros en una barquilla de ratán, permite contemplar atractivos viñedos y olivares, además de las zonas áridas e irrigadas de la provincia.

 

Se trata de un globo Ultramagic N300, de fabricación española. Para levantar ese peso, estimado en dos toneladas, el velamen del globo es enorme: debe alojar un volumen de 9.000 metros cúbicos de aire caliente.

 

Un edificio de 9 pisos en el aire

La envoltura tiene 28 metros de altura; es decir, equivale a un edificio de nueve pisos, y 27 metros de diámetro, algo así como un cuarto de cuadra.

 

El aire caliente del globo es provisto por un quemador triple, para máxima seguridad, que incorpora la última tecnología en cuanto a diseño aeronáutico bajo los más altos estándares europeos en la materia.

 

Este globo de Mendoza Balloons –el cuarto– representa, de acuerdo con su gerente, el piloto Javier Barozza, “un sueño atrevido” y también el más grande operado hasta ahora en el territorio del país. Al ser considerado técnicamente el más avanzado, cuenta con registro de matrícula y certificación de aeronavegabilidad otorgada por la Administración Nacional de Aviación Civil. El respaldo operativo y técnico es brindado por las empresas del Grupo Aerotec, mientras que también interviene Life Seguros, del grupo ST, con una vasta trayectoria en cobertura de riesgos de vida, hogar, tecnología, accidentes personales y mascotas.

 

“Hoy podemos decir que nuestro sueño de hace casi cinco años se ha convertido en una potente realidad que ha colocado a nuestra provincia al nivel de los principales centros turísticos del mundo que incorporaron estas maravillas para contemplar sus bellezas”, indica Barozza, en diálogo con Infobae, para enumerar ejemplos como Capadocia (Turquía); Napa Valley (Estados Unidos) o Luxor (Egipto).

 

Desde marzo de 2018 a este presente, más de 4 mil pasajeros de 20 nacionalidades diferentes disfrutaron desde el aire la vista a la precordillera y cordillera de los Andes, además de las impresionantes hileras de parras y la red de irrigación con la cual los mendocinos logran derrotar al desierto.

El vuelo con globos aerostáticos no es nuevo, recalca el emprendedor, porteño, de 52 años y piloto comercial de aerostato y de avión.

 

“La Aeronáutica comenzó precisamente así en 1783, seis años antes de la Revolución Francesa. Esto significa, entonces, un regreso a las raíces, a la simplicidad y al equilibrio, al ritmo propio del aire convertido en brisa, todo acompañado de la seguridad que importan casi 240 años de evolución tecnológica.

 

Esto explica que, a más de dos siglos de distancia, el vuelo con globos no haya perdido vigencia ni encanto, siguen intactas la serenidad, la magnificencia de los velámenes coloridos, el asombro que genera el tamaño de los volúmenes inflados a fuerza de calor, subraya.

 

Al primer globo que lanzaron pronto siguió un segundo, con el que se logró consolidar la actividad como un punto más de la marca turística de la provincia y proyectarla al mundo. La demanda, según dice, impactó en la industria hotelera y en la diversa cadena de servicios gastronómicos de la región.

 

La base de operaciones en el departamento de Junín se convirtió, de a poco, en punto obligado de referencia y mención en los principales portales informáticos de difusión especializada. Actualmente, los globos disponibles ocupan las primeras posiciones como atractivo de interés.

 

-¿Cómo se decidió a apostar a estas excursiones aéreas?

-Mucho antes de emprender esta idea había volado en otros lugares del mundo, aunque siempre con la cabeza puesta en Mendoza porque es uno de los pocos lugares del mundo que reúne condiciones ideales; vientos suaves; hermosa geografía para sobrevolar; más de 300 días de sol al año y flujo de turistas permanentes que se va renovando.

 

¿Cómo puede definir un paseo de esta naturaleza?

-Son experiencias de alrededor de 45 minutos o una hora de duración que cada uno la vive a su manera. Despegamos en nuestra zona de viñedos, a menos de una hora del centro de Mendoza. Al principio apuntábamos al turismo internacional. En la Argentina no se veía como una posibilidad concreta de negocio.

-¿Hoy el público sigue siendo mayoría extranjero?

-Antes de la pandemia nuestros clientes eran en un 80 por ciento provenientes de otros países. Pero con las restricciones no podían ingresar al país y crecía el consumo de destinos internos. Vivimos ese cambio y aún perdura, porque hoy seguimos recibiendo público mayormente argentino. Durante la pandemia llegamos a pensar en cerrar, aunque al final logramos superarlo.

-¿Cuáles son los preconceptos o temores de los clientes antes de subir al globo?

-¡Muchísimos! En general suelen creer que allá arriba se sufre el viento y el frío… ¡y nada que ver! Volamos en horarios mágicos en función de la luz. Y una vez que el globo despega se introduce dentro de la masa de aire. En definitiva, la nave se convierte en una partícula más de aire y no hay turbulencia ni nada por el estilo. No produce vértigo ni sensación de temor y los pasajeros recién lo advierten cuando están arriba.

“Como el vuelo de los pájaros”

“El globo va subiendo y bajando a diferentes alturas para apreciar los viñedos de lejos y de cerca. El piloto, un genio En ningún momento sentí vértigo ni temor. Fue un momento de mucha paz y tranquilidad”, reflexionó Delfina, que llegó desde Buenos Aires para pasar el último fin de semana largo y decidió dejarlo escrito en la misma página donde buscó los datos para vivir la experiencia.

 

“Sensaciones únicas, seguramente como el vuelo de los pájaros, calma, serenidad… Nos encontramos con pilotos profesionales que respondieron todas nuestras dudas antes de tomar la decisión de subir al globo”, señalaron Jorge y Graciela, oriundos de Formosa.

La experiencia fue inolvidable y, al final, en la entrega del diploma de aeronautas, brindamos con un excelente espumante rosé al atardecer. No tuvo precio”, acotó la mujer.

 

Para Karen Pfannl, que llegó de Asunción, Paraguay, sobrevolar en globo resultó una de las experiencias más maravillosas de su vida. “Fue de lo más placentero y el aterrizaje no lo sentí. Fue un vuelo suave como la leve brisa que nos acompañó siempre”, resumió.

 

Los vuelos se realizan en mayor medida al atardecer con reserva previa y despegue en Ruta 60 y calle Miguez, en el departamento mendocino de Junín. El tiempo de vuelo es de 45 a 60 minutos aproximadamente, y la dirección está determinada por el viento predominante del día establecido. “Es decir, no hay una ruta fija”, aclara Barozza. Y agrega: “Por momentos podemos volar a unos pocos metros de altura y luego ascender para tener una visión panorámica que nos permita observar muchos kilómetros a la redonda. El vuelo es tan plácido y sereno que no da ningún tipo de malestar ni sensación de vértigo. Una vez que aterrizamos hacemos un brindis con buen espumante mendocino y entregamos certificados de vuelo mientras se guarda el globo y regresamos por tierra al lugar de despegue”, describe.

 

La actividad, desde que comienza el inflado del globo hasta el retorno al campo de vuelo es de aproximadamente dos horas y media. En esta época el despegue es alrededor de las 19.15, aunque nunca se confirma a los pasajeros antes de las 24 horas previas teniendo en cuenta que dependerá del pronóstico meteorológico.

 

Barozza sostuvo que la ropa adecuada es la misma que suele utilizarse para hacer una caminata al aire libre, calzado cerrado y pantalón largo. Los días de calor intenso se aconseja usar también gorra o sombrero. Prácticamente no hay diferencia de temperatura durante el vuelo respecto a la temperatura en superficie.

 

En general no suelen tomarse reservas con más de 30 días de anticipación. Para tal efecto se debe completar una ficha con todos los datos personales, procedencia peso, y teléfono de contacto. El precio por pasajero es de 120 dólares.

Fuente:infobae.com/