Argentina y Chile dieron paso clave en la promoción turística de Tierra del Fuego con el lanzamiento de la «Ruta del Fuego», un circuito binacional que busca integrar los atractivos menos conocidos de la isla. Esta iniciativa, impulsada por la Cámara de Comercio de Río Grande y el Consulado de Chile en la misma ciudad, cuenta con el apoyo del Instituto Fueguino de Turismo (INFUETUR) y los gobiernos provinciales y comunales de ambos países.
En una entrevista con Tres60.Travel, Stella Alazard, directora provincial de Desarrollo Turístico del INFUETUR, destacó la importancia de este proyecto: «Tierra del Fuego es una isla compartida por dos países, y aunque Ushuaia es el destino más reconocido a nivel internacional, existe otra Tierra del Fuego con paisajes increíbles, cultura y naturaleza que merecen ser descubiertos. La Ruta del Fuego busca precisamente eso: impulsar estos destinos emergentes en ambos lados de la frontera«, explicó Alazard.
Un circuito con identidad propia
La Ruta del Fuego atraviesa la zona norte y centro de Tierra del Fuego, conectando localidades argentinas como Tolhuin y Río Grande con comunas chilenas como Primavera, Porvenir y Timaukel. Según Alazard, el sector chileno de la isla fue históricamente poco visitado debido a la falta de promoción, a pesar de su riqueza natural y cultural.
«El turismo en el sector chileno de la isla estuvo enfocado en Torres del Paine, Puerto Natales y Punta Arenas. Sin embargo, hay una Tierra del Fuego chilena con una arquitectura particular, rodeada de naturaleza, que hasta ahora no ha sido impulsada. Este circuito busca cambiar esa realidad«, aseguró.
Facilidades para el turismo binacional
Uno de los mayores logros de esta iniciativa ha sido la firma de un acuerdo binacional específico para la Ruta del Fuego, que busca eliminar trabas administrativas y facilitar el tránsito entre ambos países.
«Antes, operar un circuito binacional tenía muchas dificultades: homologación de transportes, trámites fronterizos, permisos para guías y coordinadores turísticos. Gracias al acuerdo firmado el 6 de febrero, logramos agilizar estos procesos y permitir que los operadores turísticos puedan ofrecer esta ruta de manera fluida», detalló Alazard.
Entre las novedades, se logró que los coordinadores turísticos puedan cruzar la frontera sin necesidad de permisos de trabajo adicionales y que se priorice el empleo de guías locales en cada territorio. Además, se trabajará en la señalización del circuito, mapas y material informativo para que tanto operadores como viajeros puedan recorrer la ruta con mayor facilidad.
Impacto en la economía y el desarrollo local
Más allá del turismo, la Ruta del Fuego promete generar un impacto positivo en las economías locales. Con el aumento del flujo de visitantes, se espera un mayor desarrollo de infraestructura, empleo y servicios en las comunidades involucradas.
«Este proyecto no solo diversifica la oferta turística, sino que también genera oportunidades económicas para los habitantes de la región. Desde hotelería y gastronomía hasta artesanías y eventos culturales, todo se pone en valor a partir de esta iniciativa», afirmó Alazard.
Con la próxima temporada turística en el horizonte, la expectativa es alta: «Esperamos que muy pronto podamos contarles que la Ruta del Fuego ya está en funcionamiento y recibiendo turistas», concluyó Alazard.
Este nuevo circuito binacional no solo enriquece la oferta turística de Argentina y Chile, sino que también fortalece la integración entre ambos países, permitiendo que más viajeros descubran los secretos de una de las regiones más australes del mundo.