Todos los importadores de la Unión Europea están ahora obligados a notificar las emisiones de gases de efecto invernadero incorporadas en la producción de hierro, acero, aluminio, cemento, electricidad, fertilizantes e hidrógeno importados.
El Comisario de Economía Europea, Paolo Gentiloni, declaró que el objetivo de la nueva política es fomentar un cambio global hacia una producción más ecológica y evitar que los productores de la Unión Europea trasladen la producción a países con regulaciones más laxas.
El denominado ‘Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono’ está diseñado para evitar que productos extranjeros más contaminantes socavar la transición verde de la región.
La nueva regulación protegerá potencialmente a los productores locales de perder frente a competidores extranjeros, mientras invierten en cumplir con los objetivos de la UE para reducir las emisiones netas del bloque en un 55% en comparación con los niveles de 1990, para 2030.
Durante la primera fase, hasta 2026, Bruselas no planea cobrar ningún cargo por emisiones de CO2 en la frontera y sólo recopiló datos sobre importaciones intensivas en carbono, pero a partir del 1 de enero de 2026, los importadores tendrán que comprar certificados para cubrir estas emisiones de CO2.
El requisito de impuestos fronterizos al carbono inevitablemente aumentará el costo final de los productos importados por el bloque, reduciendo su competitividad en comparación con los bienes fabricados en el país.
El nuevo esquema de aranceles de emisiones ya ha enfrentado críticas de los principales socios comerciales de la UE, que afirman que socava el libre comercio.
También se ha sumado a las tensiones comerciales entre Bruselas y Washington, con este último pidiendo a principios de este año que el acero y las exportaciones estadounidenses estén exentas de impuestos.
Fuente: www.expreso.info