En un esfuerzo por preservar la calidad de su turismo y evitar los problemas asociados con el turismo masivo, Bali implementó una moratoria sobre la construcción de nuevos hoteles, villas y clubes nocturnos en ciertas áreas de la isla. La medida surge a raíz de un incremento importante en el número de alojamientos en la región, que pasó de 507 en 2019 a 541 en el último año.
El ministro de Turismo, Sandiaga Uno, indicó que el sur de Bali enfrenta el riesgo de un crecimiento desmedido del turismo, advirtiendo que un aumento del 10% en la afluencia de turistas podría llevar a la isla a una situación comparable a la de Barcelona, donde los turistas se han convertido en una fuente de conflicto social.
La moratoria, que podría prolongarse hasta 10 años, se introduce en un contexto de creciente llegada de visitantes internacionales, con 2,9 millones de turistas extranjeros arribando a Bali en la primera mitad del año, lo que representa el 65% de las llegadas internacionales a Indonesia por aire.
Este aumento en el turismo, que subió tras el impacto de la pandemia de Covid-19, trajo consigo incidentes de comportamiento inapropiado por parte de algunos turistas, que a menudo se vuelven virales y provocan indignación entre los residentes locales. Según la Oficina de Estadística de Bali, entre enero y julio se registraron 3,53 millones de visitantes internacionales, un incremento del 22,2% en comparación con el año anterior.