El Puerto de Barcelona reducirá su número de terminales de cruceros de siete a cinco a partir de 2025, como parte de un plan conjunto con el Ayuntamiento para mitigar el impacto del turismo masivo en la ciudad.
La iniciativa contempla una inversión público-privada de 185 millones de euros para modernizar las instalaciones y avanzar hacia una operación más sostenible. Entre las mejoras se incluye la instalación de conexiones eléctricas en tierra para que los barcos apaguen sus motores al atracar, reduciendo emisiones contaminantes.
Además, se financiará un estudio de movilidad para entender el comportamiento de los cruceristas en la ciudad y diseñar un plan urbano más equilibrado.
La medida se suma a acciones anteriores, como el cierre de terminales dentro del casco urbano desde 2018. En 2024, Barcelona recibió cerca de 1,6 millones de pasajeros de cruceros y casi 100 millones de turistas a nivel nacional, lo que ha generado un fuerte debate en torno a la gentrificación y el uso del espacio público.
