El municipio brasileño de Campo Mourão, junto a otras tres localidades de Paraná, inauguró oficialmente el primer Camino Iniciático de Sudamérica, un proyecto de turismo religioso impulsado por la Asociación Internacional de Cooperación Turística (Asicotur) y la Orden del Camino de Santiago. La iniciativa busca ofrecer una experiencia espiritual y cultural previa al tradicional Camino de Santiago de Compostela, en España.
Rubén Moyano, coordinador pastoral de turismo de la diócesis de Campo Mourão y articulador técnico del proyecto, explicó en dialogo con Tres60.travel, que estos caminos están diseñados para quienes desean vivir la experiencia de peregrinar pero no pueden recorrer las largas distancias de Compostela por tiempo o recursos. El trayecto brasileño cuenta con unos 100 kilómetros, divididos en etapas, con puntos de apoyo y atractivos culturales y naturales.
El itinerario atraviesa cuatro municipios: Campo Mourão, Corumbataí do Sul, Barbosa Ferraz y finaliza en las ruinas jesuíticas de Fênix. Desde su apertura, grupos de peregrinos nacionales e internacionales han recorrido la ruta, destacando la integración con la comunidad local, el contacto con la naturaleza y experiencias simples pero memorables, como degustar mangos recién cosechados en el camino.
El proyecto ya genera un impacto tangible en las comunidades por donde pasa. Según Moyano, en apenas un año de planificación y un mes de apertura oficial, se han movilizado inversiones estimadas en más de 1,5 millones de dólares para mejorar accesos, restaurar capillas y asfaltar tramos que antes carecían de conectividad. “El Camino Iniciático no cambia las costumbres de la gente, las valora y las proyecta al mundo”, afirmó.

Además de su valor espiritual, la ruta funciona como plataforma de distribución turística. Los peregrinos que completan el recorrido suelen continuar su viaje hacia destinos cercanos como las Cataratas del Iguazú, el Pantanal, Curitiba o el Santuario Nacional de Nossa Senhora Aparecida.
Para Armando de la Garza, columnista especializado, este tipo de turismo “protege el patrimonio, dinamiza la economía local y visibiliza pequeños destinos con gran valor cultural y religioso”.
El Camino Iniciático de Brasil se presenta así como una nueva propuesta de turismo experiencial y sostenible, uniendo fe, naturaleza y desarrollo comunitario.