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Certificado COVID: el impacto que ya empiezan a sufrir el turismo y la restauración, según los expertos

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Más allá de poder viajar entre países sin la necesidad de hacer cuarentenas o someterse a pruebas PCR en origen, el Certificado COVID parece haber encontrado otro uso que pocos esperaban llegase a ser necesario a estas alturas.

En vigor en toda la Unión Europea desde el 1 de julio y desarrollado inicialmente para facilitar la movilidad transfronteriza, el certificado acredita la vacunación, una prueba negativa de coronavirus o que la persona se ha recuperado de la enfermedad.

Ya sea una herramienta para impulsar la vacunación o para salvaguardar la economía y el ocio evitando medidas más drásticas, la exigencia del certificado en el ocio o la restauración empieza a extenderse por Europa y ya ha tenido sus primeros seguidores en España, donde cada comunidad expide este documento que se puede obtener en formato físico o electrónico.

Algunos países europeos, como Francia, Italia o Portugal, ya lo solicitan para entrar en trenes, cafés, teatros o peluquería, y varias comunidades autónomas españolas plantean su uso para acceder a restaurantes u otros lugares de ocio tras el empeoramiento de la situación epidemiológica por el avance de la variante Delta.

En España, este salvoconducto ya es una realidad en Galicia y Canarias con el objetivo de mantener el equilibrio entre salud y economía. Estas regiones ya limitan el acceso a algunos establecimientos, incluidos los hoteles, si no se puede demostrar que se está inmunizado o si no se tiene una prueba de COVID-19 negativa.

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Business Insider España ha consultado a varios expertos para entender cómo puede afectar esta medida a la población y al sector turístico, que sigue luchando contra las consecuencias de la crisis sanitaria.

¿Qué pasa con los no vacunados?

«Es evidente que las personas no vacunadas van a tener una desventaja en términos de movilidad y acceso. Ya está ocurriendo», asegura Alberto Peris, director ejecutivo y socio fundador de CESAE Business & Tourism School. 

«Estamos ante un problema de salud pública y las vacunas están demostrando que sirven para combatir la pandemia. No obstante, todo este escenario da pie a cuestiones de tipo jurídico relacionadas con derechos fundamentales. Veremos qué sucede porque los cambios en las normativas son constantes», añade.

Aunque el certificado no limita el movimiento por Europa a los que no estén vacunados, sí que implica costes y molestias, como señala Esther González, directora del Grupo de Investigación de Turismo en EAE Business School. «Al estrés de la organización de cualquier viaje se unirá de buscar algún lugar donde realizar el test y obtener el certificado», apunta.

Para Luis Buzzi, socio de Turismo y Ocio de KPMG en España, el certificado es una iniciativa muy beneficiosa para el sector turístico, ya que proporciona una forma coordinada a nivel europeo para facilitar la movilidad de los ciudadanos de la UE. Además, añade, es una medida racional para preservar, en la medida de lo posible, la seguridad sanitaria de los destinos y la industria de posibles olas de contagios que conllevan parones en la actividad y un mayor deterioro del sector.

¿Es una medida sostenible a largo plazo?

Según argumenta Peris, el certificado ha llegado para quedarse a corto y medio plazo, al menos en la UE. «El turismo necesita garantías sanitarias de seguridad, de lo contrario no conseguirá remontar el vuelo. Los rebrotes y las altas incidencias nos indican que la pandemia sigue presente a través de sus nuevas variantes», recuerda.

González también cree que tendremos que aprender a vivir con él, «nos guste o no». Al ser el control entre fronteras comunitarias más eficaz en aeropuertos y aviones, trenes y barcos, la experta considera que su implementación en hoteles y restaurantes podría ser la única forma de controlar a los que lleguen por carretera.

«Si nos fijamos únicamente en la visión empresarial, todas aquellas medidas que garanticen la movilidad de los turistas tienen sentido en el plazo que sea necesario, siempre que no sean medidas complejas o de difícil cumplimiento que desincentiven esa movilidad», afirma Buzzi, que considera el certificado como una medida sencilla de cumplir por la facilidad en su obtención y el bajo nivel de requisitos asociados.

Es esta facilidad la que hace que pensar a González que su implementación durará todo lo que dure la incidencia elevada del COVID-19. «Aunque pueda parecer una burocracia adicional, su obtención es bastante sencilla y rápida. No olvidemos que los niños tienen una cartilla de vacunación que hay que conservar y presentar en muchas situaciones«, asegura.

¿Cómo podría afectar al turismo español que hoteles o restaurantes lo exijan?

Peris explica a Business Insider España que el impacto más negativo para el turismo es el cambio constante de normativas, ya que se genera incertidumbre e inseguridad. «Este tipo de medidas deberían ser concertadas entre las distintas administraciones públicas y bien definidas desde los ámbitos jurídicos y sanitarios», afirma.

Para González, la medida es una responsabilidad «enorme» sobre las empresas turísticas, ya que no todo el mundo está familiarizado con la misma y los hoteleros pueden encontrarse con casos de gente que haya pagado la reserva pero no tenga certificado.

Sin embargo, Buzzi cree que, de convertirse en otro más de nuestros documentos de identificación habituales (como el DNI o el carnet de conducir), no debería tener un impacto significativo en la industria: «Mostrar esta identificación se convertirá en una rutina que ayudará a hacer más seguros estos espacios, volviendo prácticamente a la normalidad previa a la pandemia».

Peris añade que decisiones como las tomadas en Galicia y Canarias tienen un un doble efecto: en principio, afectarán a la baja de las reservas y a la ocupación, ya que los flujos pueden trasladarse a otras zonas donde no se impongan esas obligaciones, pero beneficiarán a medio y largo plazo, porque las personas se sentirán más seguras con esta medida y las cifras de incidencia caerán con toda probabilidad respecto a los lugares donde no se exija este requisito.

¿Está afectando ya a estos destinos?

La agencia de viajes Rumbo.es asegura a Business Insider España que las reservas de paquetes vacacionales en Galicia y Canarias no se han visto afectadas de momento entre los clientes españoles.

Sin embargo, la compañía ha notado un descenso de entre el 10% y el 15% en las ventas de billetes de avión a estos destinos desde otros aeropuertos españoles, tendencia que no observan en otras rutas nacionales.

En Galicia, pese a que las reservan hayan tenido un crecimiento constante desde mediados de abril, sí que hubo una bajada la semana pasada, según asegura Davide Mara, director de Marketing de Rumbo para España e Italia.

El portal de viajes Weekendesk también ha observado una leve desaceleración de las reservas en Galicia semana tras semana, concretamente de un 10%.

«La incertidumbre y la falta de preparación han hecho también que aumenten las cancelaciones en dichas zonas a última hora, porque los consumidores lo asocian a zonas de alto riesgo COVID», apunta Brigitte Hidalgo, directora de Operaciones de Weekendesk.

EAE Business School ha consultado a hoteleros y restauradores y, según indica González, estos no se sienten cómodos solicitando los certificados: «Lo ven como otra piedra más en el camino de la recuperación del negocio, otro trámite más y que no siempre será fácil de poner en práctica sin que algunos clientes se sientan molestos».

Cuando la sociedad creía que se había adaptado a la nueva normalidad, el escenario continúa cambiando y seguirá alterando la manera en la que se entendía el ocio antes de marzo de 2020.

fuente: businessinsider.es