El turismo rural cobra protagonismo en la región de O’Higgins, en Chile, gracias al proyecto FIC (Fondo de Innovación para la Competitividad), una iniciativa impulsada por el Instituto del Patrimonio Turístico que busca fortalecer y visibilizar la oferta turística de este territorio campesino. Así lo explicó Cristian Escobar Torres, coordinador del proyecto, en diálogo con Tres60.travel.
El programa, que cuenta con financiamiento del Gobierno Regional y se encuentra en su segunda etapa, tiene como objetivo promover el desarrollo turístico sustentable en un área caracterizada por sus tradiciones huasas, sus paisajes de campo y su rica herencia cultural. La región está ubicada a solo 90 minutos al sur de Santiago, lo que la convierte en un destino ideal para los viajeros provenientes de la capital y del extranjero.
Escobar destacó la relevancia personal y profesional de trabajar en este proyecto en su tierra natal. “Es muy significativo contribuir al desarrollo del territorio donde nací, especialmente en el área del turismo sustentable”, señaló.
Turismo con identidad local y compromiso ambiental
La propuesta del proyecto FIC va más allá de atraer visitantes. Su esencia radica en empoderar a las comunidades locales, diversificar sus fuentes de ingreso y preservar su identidad cultural y natural. “Esta iniciativa nace desde las comunidades. Son ellas quienes nos convocan y nos impulsan a diseñar este tipo de proyectos. Hoy, no todos los municipios en Chile priorizan el turismo como actividad económica, por eso esta participación local es tan valiosa”, explicó Escobar.
En línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, el proyecto apuesta por un turismo respetuoso del medioambiente y que fomente la inclusión. “Todos los modelos turísticos deberían ser sustentables, entendiendo la crisis ambiental que atravesamos a nivel global”, agregó.
Un territorio con múltiples experiencias
El destino promovido es el Valle de Tagua Tagua-Almahue, conformado por tres comunas que ofrecen una variada gama de experiencias ligadas al agroturismo, la cultura y la aventura. Entre las actividades más destacadas se encuentran:
- Apiturismo: los visitantes pueden convertirse en apicultores por un día, aprender sobre el cuidado de las abejas y participar del proceso de extracción de miel.
- Turismo con animales: propuestas de contacto con caballos y otros animales de granja.
- Arqueología y paleontología: la zona ofrece sitios con vestigios históricos de alto valor patrimonial.
- Artesanía tradicional: se promueve el rescate de técnicas ancestrales como el trenzado de hoja de choclo en la comuna de Pichidegua.
- Cicloturismo, kayak y turismo aventura: ideales para quienes buscan experiencias al aire libre y conexión con la naturaleza.
Además, se están desarrollando centros de interpretación turística en distintas localidades, donde los visitantes podrán informarse sobre la oferta local, adquirir souvenirs y conectar con los saberes de la comunidad.
Difusión, comercialización y futuro
Uno de los grandes desafíos que aborda el proyecto es la falta de visibilidad de la oferta turística local. “Nos dimos cuenta en la primera etapa que hay muchas experiencias valiosas, pero que están poco difundidas o no están bien comercializadas. Por eso queremos proyectarlo también a nivel internacional”, subrayó Escobar.
La implementación de esta segunda fase busca precisamente potenciar la difusión del destino y profesionalizar su comercialización, con un enfoque de sustentabilidad, identidad y conexión directa con las comunidades.
