Cada vez es más creciente el interés de los países centroamericanos tales como Honduras, Nicaragua y El Salvador, en crear lazos diplomáticos con China, ya que ofrece mucho en materia de infraestructura y desarrollo económico.
Enrique Dussel Peters, experto en China de la Universidad Nacional Autónoma de México, dialogó sobre los acercamientos de Beijing a estos países, los problemas y beneficios que esto genera y por qué los líderes regionales deben aprender a manejar las tensiones entre las superpotencias.
¿Cuál considera que es el objetivo de China al buscar relaciones con países centroamericanos?
– China tiene una propuesta de globalización con sus propias características, donde los proyectos de infraestructura juegan un papel particularmente relevante.
China le ha dedicado un esfuerzo particular a América Latina. Ha apoyado la creación del foro Celac-China y un amplísimo portafolio de instrumentos con cientos de propuestas muy concretas, desde terminales o plantas nucleares hasta temas de seguridad nacional; y en medio hay cultura, desarrollo de tecnología, educación, transferencia de tecnología, temas académicos, etcétera.
Entonces los países de América Latina, incluso aquellos que no necesariamente tuvieran relación diplomática con China, pero que sean miembros de la [Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños] Celac, pueden optar por priorizar estos instrumentos de cooperación.
¿No es entonces una perspectiva únicamente comercial?
No. Hay cientos de instrumentos, y si uno revisa los programas de trabajo desde 2015 del foro Celac-China podemos observar que incluyen turismo o cultura. Entonces no es solo una perspectiva económica o de proyectos de infraestructura o financiamiento.
Hoy en día China ofrece instrumentos bilaterales, como de Nicaragua con China; regionales en la Celac; América Latina con China; e incluso multilaterales en otros foros más allá de los latinoamericanos. Estas iniciativas por parte de China no son excluyentes. No es que El Salvador solo pueda hacer uso de los instrumentos bilaterales que hubiera desarrollado. El Salvador puede hacer uso de los instrumentos bilaterales, regionales y multilaterales.
¿Han tenido estos instrumentos más difusión en Centroamérica que los ofrecidos por Estados Unidos u otros países?
– Son opciones para Centroamérica de sumo interés, abren ventanas a las que histórica y recientemente no tenían acceso, ni con China ni con otros países.
También es importante señalar que el reconocimiento diplomático por parte de varios países centroamericanos hacia China es reciente y que la realización de estos instrumentos de cooperación ha sido lenta.
La relación en el ámbito económico y el comercio ha sido más dinámica, incluyendo algunas inversiones recientes por parte de China, en comparación con proyectos de infraestructura y financiamiento. Los proyectos de infraestructura tienen un largo periodo de gestación, de diseño. Esto puede durar años. Los proyectos de infraestructura en Centroamérica han sido a cuentagotas; en comercio e inversión los procesos han sido más rápidos.
¿Es posible decir entonces que China no ha tenido una gran penetración en Centroamérica?
– Por el momento, los montos de China hacia Centroamérica han sido bastante discretos, hasta 2021 habíamos registrado 15 transacciones de inversión realizadas (no anuncios). Esto es muy poco: US$1.500 millones, aunque hay una clara tendencia al alza que seguramente seguirá creciendo. [La participación] es relativamente pequeña con respecto a las inversiones que han venido realizando Estados Unidos y la Unión Europea, pero muy dinámica considerando que viene de un país que no había tenido una presencia importante en inversiones en la región.
¿Cuáles son los países centroamericanos que podrían interesar más a China?
China no descarta a ningún país. Los instrumentos que se han desarrollado regionalmente están disponibles para todos los países. El uso de esos instrumentos depende de las contrapartes, no de China. China ofrece ese portafolio y depende de Nicaragua, El Salvador, Costa Rica si quieren hacer uso de algunos instrumentos o de otros.
¿Qué obtendrían los países centroamericanos al entablar relaciones con China?
– Primero, les permite una cierta independencia de Estados Unidos si no logran acuerdos o financiamiento con ellos o con la Unión Europea. En Costa Rica, el comercio con China ha sido particularmente dinámico en los últimos 10 o 15 años. Las expectativas cuando se firmó el tratado de libre comercio con China eran de ir mucho más allá del comercio y lograr atraer inversiones chinas y financiamiento en forma más significativa. Los resultados fueron mucho más decepcionantes para Costa Rica, y está a debate si esto es responsabilidad de la parte tica o la parte china.
¿Tendrá Centroamérica que jugar entonces con ambas potencias?
– América Latina y Centroamérica no pueden cerrar los ojos ante China y Estados Unidos. Son las dos grandes economías que están confrontadas y muy peleadas. Terceros países tendremos que lidiar con los dos, sin casarnos con uno o con el otro.
¿No generará esto tensiones políticas?
– Por supuesto. Eso puede generar presiones como la ocasión en que el canciller estadounidense Mike Pompeo [bajo la administración de Donald Trump] llegó a exigir al Caribe y a Centroamérica una relación prácticamente de exclusividad: “O estás con nosotros o contra nosotros y con China”. Y eso particularmente, para los países más pequeños, genera dificultades. Seguramente estas presiones seguirán por parte de diferentes grupos políticos y diversos intereses desde Estados Unidos, y uno pudiera incluso imaginarse en el futuro que por parte de China.
¿Qué opina de las teorías que dicen que China podría presionar políticamente a Estados Unidos con esta relación con países centroamericanos?
– No es una teoría, es un hecho; es decir, China está teniendo una masiva presencia en lo que históricamente se denominaba el “patio trasero” de Estados Unidos. La presencia China está creciendo en forma significativa y esto levanta muchas sospechas en Washington.
Yo creo que eso genera presiones de todo tipo en el ámbito de intercambio académico, financiamiento, temas de defensa, de seguridad nacional… Aunque cabe destacar que Estados Unidos hace lo mismo en Asia. Hay una presencia muy dinámica de Estados Unidos en países como Vietnam, lo cual también genera presión en China. Desde 2017 estamos en un período de abierta confrontación de las dos grandes potencias mundiales, a la cual tendremos que acostumbrarnos en el futuro.
¿Qué proyectos podrían interesar a China?
El tema de inversión y el tema de infraestructura son diferentes. ¿Por qué le interesan particularmente los proyectos de infraestructura a China? Porque es su experiencia. En los últimos 40 años por lo menos, China ha logrado un incremento en su nivel de vida muy significativo a través de proyectos de infraestructura. En estos 40 años China ha desarrollado su sistema bancario y financiero y ofrece financiamiento para proyectos de infraestructura, pero también ha logrado mejorar la tecnología y el servicio de proyectos de infraestructura en forma muy dramática.
Hoy en día China ofrece de redes inalámbricas a carreteras, hospitales, escuelas, cuanta infraestructura te puedas imaginar con base en el desarrollo que ha logrado. Estos proyectos de infraestructura son regularmente muy competitivos comparados con los de otras empresas occidentales, europeas o estadounidenses.
A China le interesa sobre todo la relación de largo plazo con los países. Muchas veces su dilema es que pareciera ser que la relación con los gobiernos latinoamericanos va y viene. Un ejemplo es Brasil: entra Jair Bolsonaro y son cuatro años en que los que la relación de ambos países se enfría. Entra Lula y sube la relación. Lo que ellos quisieran es una relación mucho más constante en el largo plazo, pero esto no se logra siempre.
¿Cuál considera que sería el objetivo de China a largo plazo en América Latina?
– China está relativamente lejos de América Latina, y ellos reconocen que hay una relación especial de América Latina con Estados Unidos. Es diferente la relación de América Latina con China que de Asia con China, la cual es más profunda. El objetivo sería ahondar y profundizar esta presencia, así como aprender de experiencias en América Latina… depende de las contrapartes hasta donde quieren llegar en la relación.
¿Podría China sobrepasar a Estados Unidos en influencia en Centroamérica?
– Lo que hay que hacer para responder esta pregunta es “tejer fino”, es decir, la relación del comercio en importaciones y exportaciones es diferente al financiamiento, a la infraestructura, por decir algo. En el ámbito comercial, sorprendentemente China ya se ha convertido para muchos países de América Latina —como Brasil, Argentina, Chile, Perú— en el principal socio comercial, desplazando a la Unión Europea, Estados Unidos y otros países. Sin embargo, China todavía tiene una presencia muy pequeña, es muy dinámica, pero sigue siendo muy pequeña. En algunos casos hasta es secundaria o no existente. Mi apreciación es que la presencia de China en 2023, en términos cualitativos, sigue estando muy lejana a la estadounidense.
Fuente: Bnamericas