Medios periodísticos chinos anunciaron que China permitió a agencias de viaje con inversores extranjeros y asentadas en Shanghái y Chongqing, brindar los primeros servicios de turismo internacional en más de dos años a ciudadanos del país. Por lo que el Consejo de Estado (Gabinete) escogió a ambas metrópolis para probar la gestión de recorridos a otras partes del mundo en el actual contexto. El experimento se extenderá hasta el 8 de abril de 2024.
Esa entidad autorizó la organización de viajes turísticos a cualquier lugar fuera de China, excepto a Taiwán, durante el tiempo previsto.
Observadores locales saludan la iniciativa porque consideran que impactará positivamente en el desarrollo de la industria del ocio.
China cerró sus fronteras en marzo de 2020, tras estallar la pandemia de Covid-19, por lo que dejó de emitir pasaportes y llamó a su población a evitar los viajes al extranjero.
En meses recientes introdujo algunas flexibilizaciones al mecanismo sanitario para pasajeros entrantes y aumentó gradualmente los vuelos internacionales.
Previo a la pandemia, los turistas chinos que salían al exterior superaron en número a los de cualquier otro estado del mundo durante seis años consecutivos.
Datos de Ctrip, principal proveedor de servicios de viajes en la nación asiática, constataron que en 2017 hubo 129 millones de desplazamientos al extranjero, un 5,7 por ciento más que los 122 millones de 2016.
La importancia y el peso de estos consumidores conllevaron a muchos países a replantear la adaptación del producto turístico dedicado a ellos, pues había previsiones de aumentar a mil millones la cantidad de usuarios hacia 2020.
Incluso la Organización Mundial del Turismo vaticinó que en ese mismo año China recibiría 170 millones de visitantes y, de haberse cumplido el pronóstico, se convertiría entonces en el primer receptor y emisor global en la llamada industria sin chimeneas.
Fuente:prensa-latina.cu/