Cinco rincones tranquilos y sorprendentes de Chile

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Para quienes buscan lugares alejados del turismo masivo, Chile ofrece verdaderos paraísos escondidos que combinan naturaleza, cultura y tranquilidad. El programa Chile es Tuyo, del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), recopiló cinco destinos ideales para disfrutar del descanso y la conexión con el entorno.

En la Región de Antofagasta, las Lagunas de Baltinache se encuentran a 60 kilómetros de San Pedro de Atacama. Son siete lagunas salinas de color turquesa intenso, ubicadas en pleno desierto. El lugar es silencioso y perfecto para relajarse. Se recomienda visitarlas temprano o al atardecer, cuando la luz realza los colores del paisaje.

En la Región de Atacama, los pueblos de El Tránsito y Alto del Carmen, en el Valle del Huasco, invitan a disfrutar de su arquitectura tradicional, viñas familiares y paseos por la Quebrada La Totora. Con menos de 500 habitantes, El Tránsito conserva la calma de un pueblo antiguo, mientras que Alto del Carmen ofrece cabañas rurales y actividades al aire libre entre cerros y viñedos.

Más al sur, en la Región del Maule, la Caleta Duao, en la comuna de Licantén, es un pueblo pesquero famoso por su gastronomía marina. Congrio, pastel de jaiba y paila marina son algunos de los platos que pueden degustarse junto al mar. Además, es posible recorrer la Ruta de las Caletas del Maule, que une localidades como Iloca, Boyeruca, Lipimávida y Loanco.

En la Región de Ñuble, Cobquecura combina playas extensas, ríos para pesca y atractivos naturales como la Lobería de Cobquecura, donde una colonia de lobos marinos puede observarse a pocos metros. También destacan las formaciones rocosas Iglesia de Piedra y Arco de los Enamorados, accesibles de forma gratuita.

Por último, en la Región de Magallanes, Puerto Edén es un destino remoto rodeado de naturaleza virgen e hielos milenarios. Solo se accede por vía marítima desde Puerto Natales, en una travesía de entre 27 y 41 horas que atraviesa fiordos y glaciares. El lugar mantiene viva la cultura del pueblo kawésqar y ofrece pasarelas, miradores y senderos ideales para disfrutar del silencio y la inmensidad del paisaje.