Ante un panorama de recuperación turística del sector y en el que los buenos números son celebrados, pedirán desde la alcaldía de Barcelona regular la cantidad de cruceros que atracan en la ciudad.
Por este motivo, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pedirá a la Generalitat y al Gobierno limitar el número de cruceros que atracan en la ciudad, proponiendo “un debate sereno y con datos” para regular los cruceros. En el que plantea dos objetivos: reducir la contaminación y la presión turística que los cruceristas ejercen sobre la ciudad. Así lo trasladará, en primer lugar, al presidente del Puerto de Barcelona, Damià Calvet.
Con cifras que rondan los 125 cruceros en mayo en Barcelona, el sector recupera la actividad pre pandémica pero aún así Colau insiste tanto en el argumento de la contaminación como en el de la sostenibilidad del turismo: “Son miles de personas que llegan y la mayoría están pocas horas y se concentran mucho en la zona del centro y generan sensación de colapso”. En 2019, los visitantes cruceristas fueron más de tres millones y el 40% estuvieron solo cuatro horas en la ciudad. “No es un modelo sostenible de futuro”, ha considerado.
La líder de Barcelona en comú explicó que la limitación o regulación que propone se inspirará en la acordada por el Gobierno de Baleares con la patronal de los cruceros, que consiste en que Palma solo puede recibir tres cruceros al día, de los que solo uno puede superar los 5.000 pasajeros. “Lo que pedimos es equilibrio, se trata de sentarnos y valorar y buscar un límite: quizás hay meses en los que no es necesario reducir, pero otros sí”.
Los meses de mayor actividad del sector en Barcelona son mayo y octubre.
En Baleares, el Gobierno de Francina Armengol negoció las restricciones con la patronal de las navieras. En el caso de Barcelona, la ciudad no tiene competencias pero sí participación en la Autoridad Portuaria, cuyo presidente designa la Generalitat, y donde también hay participación del Gobierno.
Colau se mostró partidaria de limitar el sector en Barcelona, aunque su mismo gobierno pactó con el Puerto de Barcelona una ampliación de terminales. La ampliación, todavía en marcha, aleja los buques de la ciudad, pero con tres terminales más que se suman a las cinco existentes. Además, al ser muelles nuevos, permiten la llegada de cruceros más grandes
El argumento de la alcaldesa de regular los cruceros está en línea, con su abordaje con valentía sobre el debate sobre el turismo, manifestando que “necesitamos un equilibrio entre vecinos y visitantes”. Valorando que los turistas no quieren un decorado, quieren una ciudad real, por eso hemos comenzado a regular con medidas como el PEUAT (el plan de hoteles)”, cerró.
Fuente:elpais.com/