El problema de la masificación turística no es exclusivo de ciudades europeas como Barcelona o Venecia. En Seúl, Corea del Sur, las autoridades decidieron tomar medidas más estrictas para controlar el impacto del turismo en Bukchon Hanok, un distrito histórico y popular barrio tradicional en el centro de la capital.
A partir de octubre, Bukchon Hanok será designado como la primera «zona de gestión especial» del país bajo la Ley de Promoción Turística. Las restricciones incluirán un toque de queda diario para no residentes entre las 10 y las 17 horas. Además, los autobuses turísticos chárter tendrán acceso limitado en ciertos tramos del distrito, con el objetivo de reducir el tráfico y crear un ambiente más centrado en los peatones.
Para monitorear y controlar las aglomeraciones, el área se dividirá en tres zonas codificadas por colores: rojo, naranja y amarillo. Las autoridades locales podrán vigilar las áreas más densamente pobladas y multar a quienes infrinjan las nuevas normas.
Este enfoque busca aliviar las tensiones entre residentes y turistas, quienes han generado conflictos debido al elevado flujo diario de visitantes atraídos por las casas tradicionales «hanok». Las medidas surcoreanas destacan por su firmeza, contrastando con las respuestas más ligeras en otros países afectados por el turismo masivo.
El turismo excesivo es un desafío global, con otros países como Grecia también implementando medidas drásticas para mitigar su impacto, como limitar el número de cruceros y aumentar los impuestos turísticos en islas populares.