La combinación de naturaleza mediterránea, patrimonio histórico, llanuras ampurdanesas, bosques volcánicos y rutas perfectamente marcadas convierten a la Costa Brava y el Pirineo de Girona en un gran escenario para disfrutar del cicloturismo.
En la Garrotxa, la Vía Verde destaca como una de las rutas más emblemáticas del territorio. Este recorrido accesible conecta Olot con Girona siguiendo antiguos trazados ferroviarios y permite pedalear entre volcanes, bosques y pequeños pueblos donde la vida transcurre con calma. Es un itinerario ideal para quienes buscan naturaleza, silencio y patrimonio rural.
La escapada incluye dos noches con media pensión, dos bicicletas de montaña, indicaciones de rutas ciclistas y un pícnic para dos personas adaptado al gusto de cada viajero.
Otra propuesta une arte, surrealismo y paisajes infinitos en la Tierra de Dalí, recorriendo espacios que inspiraron al artista: viñas ampurdanesas, llanuras ventosas, pueblos medievales y playas de la Costa Brava. La experiencia incorpora la visita a los tres museos dalinianos y dos cenas temáticas, una de ellas en uno de los restaurantes favoritos del pintor, pensada para quienes buscan un viaje cultural y paisajístico.

El Empordà también ofrece una experiencia ciclista entre viñedos, campos de trigo y pueblos medievales. Con terreno suave, caminos rurales y un patrimonio concentrado, esta opción invita a descubrir lugares como Peratallada o Pals, mosaicos agrícolas y calas emblemáticas donde el tiempo parece detenerse. La propuesta de fin de semana, con base en el Hotel Can Bassa de Madremaya, está pensada para pedalear sin prisas en ebike, carretera o gravel.
Para quienes combinan ciclismo y vino, el Empordà propone rutas de enoturismo en la tierra de la DO Empordà. Ebikes Area ofrece recorridos para conocer de primera mano bodegas representativas de la región, con visitas guiadas y catas maridadas con productos locales. Se trata de una experiencia de proximidad, respetuosa con el medio ambiente e ideal para desconectar.
La Burricleta, una bicicleta eléctrica de estética rural, es otra forma de recorrer pueblos medievales y paisajes del Empordà. La experiencia, pensada para disfrutar sin prisa, combina calma, naturaleza y autenticidad ampurdanesa.
La Fageda d’en Jordà, uno de los grandes íconos naturales del país, también puede recorrerse sobre ruedas. Esta propuesta permite adentrarse en sus hayedos y en el paisaje volcánico de la Garrotxa por caminos accesibles, un plan ideal para familias y amantes de la naturaleza que buscan actividades cortas y visuales.
La red cicloturista de Girona se completa con Ecovías como las Vías Verdes o Pirinexus. Las primeras conectan antiguas infraestructuras ferroviarias convertidas en corredores seguros y naturales; mientras que Pirinexus, con 353 km entre España y Francia, une paisajes del Empordà, la Garrotxa y el Pirineo Oriental. Este circuito circular puede hacerse por etapas y se adapta a distintos niveles, lo que lo posiciona como una de las grandes aventuras cicloturistas del sur de Europa.
Conjuntamente, estas rutas consolidan a Girona como un destino preparado para escapadas en bicicleta durante todo el año, uniendo deporte, patrimonio, cultura y gastronomía.

