En el sublime mundo de las antigüedades, cada pieza cuenta una historia, y pocos conocen esos relatos mejor que Arnaldo Danemberg, quien con más de cuatro décadas dedicadas a la búsqueda y conservación de muebles históricos, se convirtió en un referente tanto en Brasil como a nivel internacional. Sus viajes por Europa y su pasión por el mobiliario brasileño y francés forjaron una carrera única, donde la tradición se encuentra con la elegancia discreta.
Fue así que Mary de Aquino, columnista de Tres60.Travel, entrevistó al reconocido anticuario, escritor e investigador brasileño, en el marco de la 4° edición de France Excellence.
Trascendiendo generaciones
“Estoy muy feliz. Son 43 años de antigüedades, que comenzaron incluso antes con mi padre, y ahora lo transmito a mis hijos, Paloma y André, que también son anticuarios. Entonces, nuestra gran especialidad es el mobiliario«, comentó Danemberg.
Su experiencia en el mercado abarca tanto la vida académica como la comercial, con un enfoque particular en el mobiliario brasileño y francés: “Primero, la vida académica, el mobiliario brasileño, y luego, en la vida comercial, el mobiliario francés, sobre todo el mobiliario campesino. Son casi 30 años, entre Inglaterra y Francia, buscando muebles con un camión, y esto se extiende a Bélgica, España, Portugal, Suiza, y a donde se venda”, explicó.
Danemberg, quien recorrió varios países europeos en busca de piezas únicas, destacó la importancia de la intuición y el conocimiento profundo en su oficio: “Voy a lugares donde se consiguen. Sitios de comerciantes, subastas, ferias, y claro que mi ojo es muy importante. Cuando entré en el mundo de las antigüedades, estudié mucho el mobiliario colonial y luego el europeo. El mobiliario de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX, es el mobiliario histórico brasileño. Lo que nos ocurre a los comerciantes es que tenemos que decidir muy rápido en la compra, así que uno aprende, su ojo se vuelve muy rápido, muy afilado”, agregó.
El anticuario también destacó la conexión que siente con sus clientes, quienes comparten su aprecio por el “lujo discreto” en los muebles: “Las personas que compran conmigo aprecian, como yo, la buena madera, la buena manufactura de un mueble, la elegancia que existe en la simplicidad. Es lo que hoy en día llamamos ‘lujo discreto’. Entonces, no hace falta mucho bronce, no hacen falta muchos adornos, no estamos en palacios, estamos en casas. Es una cuestión de mentalidad, de la propia vida”, afirmó.
Al obtener el reconocimiento “France Excellence”, el escritor expresó su emoción y orgullo: “Recibir el France Excellence hoy es un honor para mí, este año hicimos una campaña, ‘L’art de vivre’, así que homenajeamos, elogiamos y enaltecemos a Francia durante todo el año 2004”, concluyó.
