La variante ómicron apareció en Estado Unidos por lo que de manera inmediata el presidente Joe Biden decidió anunciar nuevas medidas de lucha contra la pandemia -que ya infectó a 48, 5 millones de personas y mató a 780.000-, mientras se acerca el invierno y el país comenzaba a salir de un nuevo brote de la variante Delta.
Entre las medidas dispuestas está reducir la antelación de los test COVID -actualmente de 72 horas para los vacunados- a tan solo un día.
Esto supone un gran golpe para los planes de viaje de la gente al país americano, cuando todavía no se ha cumplido aún un mes desde su reapertura.
Antes de esta nueva disposición del gobierno, los viajeros vacunados debían realizarse un test de coronavirus en los tres días anteriores al viaje y mostrar el resultado al embarcar, junto a su prueba de vacunación.
La prensa del país indicó que una nueva orden de Salud Pública elaborada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU apunta a que en este periodo para realizarse el test se reducirá a un solo día.
Esto se aplicaría a todos los pasajeros, vacunados y no vacunados, independientemente del punto de partida. También se informa que se requerirá que los viajeros vuelvan a realizar el test de tres a cinco días después de su llegada.
Las medidas se suman al veto que Estados Unidos ha impuesto, al igual que países de la Unión Europea, a los viajeros procedentes de Sudáfrica y otros siete países del sur del continente africano: además de Sudáfrica, a Mozambique, Namibia, Zimbabue, Botsuana, Lesoto, Malaui y Esuatini.
Esto refuerza los protocolos que ya son sólidos para los viajes internacionales, incluidos los requisitos para que los viajeros extranjeros estén c