El Aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam, anunció un incremento del 41% en sus tasas aeroportuarias a partir de 2025. Esta medida responde a la necesidad de compensar el impacto de la inflación, el aumento en los tipos de interés de los últimos tres años y las pérdidas económicas sufridas durante la pandemia. Con los fondos recaudados, Schiphol planea realizar inversiones significativas en infraestructuras, mejorar los servicios para pasajeros y aerolíneas, y reforzar las condiciones laborales. Se estima que el aeropuerto necesitará una inversión de 6.000 millones de euros en los próximos cinco años para alcanzar estos objetivos.
Como parte de su compromiso para reducir la contaminación acústica, Schiphol aplicará una estructura de tasas que incentiva el uso de aviones menos ruidosos. Las aeronaves más modernas y silenciosas tendrán tarifas más bajas, mientras que los aviones más antiguos y ruidosos enfrentarán tasas más altas. Además, a partir de 2025, algunos aviones que generan niveles de ruido excesivos estarán completamente prohibidos.
También habrá una diferencia de coste entre los vuelos diurnos y nocturnos, con tasas nocturnas que serán entre tres y seis veces más altas que las diurnas, dependiendo del tipo de aeronave. Schiphol espera que esta política disuada a las aerolíneas de programar vuelos en horario nocturno, mitigando así las molestias acústicas para las comunidades cercanas.
Para los próximos años, Schiphol prevé un aumento del 5% en las tarifas en 2026, seguido por una reducción del 7,5% en 2027. En conjunto, estas modificaciones supondrán un incremento promedio de 15 euros por pasajero de salida en 2027, comparado con los valores de 2024. Las tarifas de Schiphol, que se revisan cada tres años bajo la supervisión de la Autoridad de Consumo y Mercado (ACM), no incluyeron ajustes por inflación ni por el aumento de los costes operativos desde 2021, resultando en una brecha de más de 550 millones de euros en lo que se necesita para cubrir los costes actuales de operación.
Esta decisión generó una fuerte reacción de KLM, una de las principales aerolíneas que operan en Schiphol. En su comunicado, la aerolínea ha expresado su descontento, argumentando que este aumento convertirá a Schiphol en uno de los aeropuertos más costosos de Europa. Según Marjan Rintel, consejera delegada de KLM, la medida es «irrazonable» al traspasar la carga de los costes a las aerolíneas y «desaconsejable» al comprometer la competitividad de Schiphol como centro de conexiones internacionales.
A pesar de las críticas, reconoce la necesidad de mejorar la infraestructura del aeropuerto y optimizar el servicio a los pasajeros, señalando que “el estado de mantenimiento de los edificios y lugares de trabajo no satisface las necesidades de los viajeros y empleados de Schiphol». Esta coincidencia destaca la urgencia de inversiones en mejoras para preservar la reputación y competitividad de Schiphol en el escenario europeo.