La seguridad se convirtió en un factor decisivo a la hora de planificar vacaciones, especialmente en un mundo donde los riesgos aumentaron significativamente. Según el reciente Mapa de Riesgos 2025, elaborado por Safeture y Riskline, incluso Europa, tradicionalmente un bastión de estabilidad, enfrenta ahora mayores desafíos. Países como Francia, España, Suecia y el Reino Unido fueron reclasificados como destinos de «riesgo moderado», mientras que Italia, los Países Bajos y Polonia también presentan riesgos más altos debido a tensiones políticas, manifestaciones públicas y otros factores.
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A nivel mundial, la situación de seguridad se deterioró en 77 países, siendo Oriente Medio una de las regiones más afectadas. Zonas como Israel, Cisjordania, Gaza, Líbano e Irán están catalogadas como extremadamente peligrosas. Otros lugares, como Nueva Caledonia, experimentaron un drástico deterioro en la seguridad durante el último año.
En el ranking de los países más peligrosos figuran Burkina Faso, Libia y Myanmar, además de otros ya conocidos por su inestabilidad como Somalia, Siria, Sudán, Yemen y Ucrania. Esta realidad resalta la importancia de que los viajeros investiguen cuidadosamente sobre el contexto político, social y ambiental de sus destinos antes de tomar una decisión.
El turismo, como industria, deberá adaptarse a este nuevo panorama global, buscando formas de garantizar la seguridad de los viajeros mientras equilibra las oportunidades económicas en regiones de riesgo moderado o elevado.
