El Paseo de los Girasoles: de la adversidad a un nuevo atractivo turístico en Copán Ruinas

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En el corazón de Copán Ruinas, uno de los destinos más emblemáticos de Honduras, un cultivo agrícola se transformó en un atractivo turístico capaz de movilizar a miles de visitantes y reactivar la economía local. Se trata del Paseo de los Girasoles, una iniciativa que nació en un contexto de profunda adversidad y hoy se consolida como un ejemplo de resiliencia, creatividad y turismo sostenible.

Durante una entrevista en Tres60.travel, Raúl Cueva, encargado de operaciones del Paseo de los Girasoles, repasó el origen del proyecto, que surgió en plena pandemia y tras el impacto de dos huracanes que golpearon duramente a la región en 2020. “Fue un momento de mucho estrés para la población. La gente necesitaba salir, respirar, reencontrarse con la naturaleza”, recordó.

La idea comenzó casi de manera espontánea, cuando una siembra de girasoles realizada con fines agrícolas floreció en diciembre de 2020. Una visita familiar y algunas fotografías compartidas en redes sociales despertaron la curiosidad de vecinos y jóvenes de Copán Ruinas, que rápidamente comenzaron a replicar las imágenes. Lo que inicialmente fue una experiencia íntima se convirtió en un fenómeno viral.

“La finca siempre estuvo abierta y, después del confinamiento, la gente empezó a llegar para conocer estas flores. Ahí dejó de ser solo una tragedia y se transformó en un punto de partida”, explicó Cueva. La curiosidad inicial dio paso a una afluencia creciente de visitantes, incluso de otras regiones del país y del extranjero.

De cultivo agrícola a atractivo turístico

El proyecto tomó mayor dimensión a comienzos de 2021, cuando comenzaron a llegar turistas y operadores que transitaban por Copán Ruinas rumbo a Guatemala. Inspirados en experiencias similares en la vecina Esquipulas, donde los girasoles derivaron en un emprendimiento agroturístico, decidieron apostar de lleno al turismo.

La primera gran prueba llegó en Semana Santa de 2021. Con una infraestructura mínima y una sola parcela habilitada, el Paseo de los Girasoles recibió más de 1.200 personas en un solo Viernes Santo. “Ahí nos dimos cuenta de que un cultivo agrícola podía convertirse en un atractivo turístico real”, señaló Cueva.

Las redes sociales jugaron un rol clave en la masificación del paseo. Aunque el proyecto no contó con una estrategia digital propia en sus inicios, cada visitante se convirtió en un promotor espontáneo del destino. “Foto tras foto, publicación tras publicación, la gente fue recomendando el lugar”, explicó. Incluso, el inusual movimiento en redes llamó la atención de la Policía Nacional de Honduras, que investigó el origen de ese flujo constante de información.

Un atractivo que se gestiona todo el año

Uno de los mayores desafíos del Paseo de los Girasoles es la corta vida de la floración. El girasol florece entre 12 y 13 días, y la planta completa tiene un ciclo de aproximadamente 100 días. Para sostener el atractivo durante todo el año, el equipo debió desarrollar un sistema de siembras escalonadas.

“Sembramos cada 15 días, y en algunos momentos incluso semanalmente, para garantizar una floración continua”, explicó Cueva. La planificación debe adaptarse constantemente a las condiciones climáticas, ya que el girasol es una planta sensible en Centroamérica. Factores como la nubosidad prolongada, las lluvias o las altas temperaturas influyen directamente en la duración y calidad de la floración.

El manejo técnico y la observación constante del clima se volvieron claves para sostener el proyecto, especialmente en épocas de menor radiación solar durante el invierno en el hemisferio norte.

Impacto económico y social en Copán Ruinas

Más allá del atractivo visual, el Paseo de los Girasoles tuvo un impacto concreto en la reactivación económica de Copán Ruinas, especialmente en el período posterior a la pandemia. “Muchos hoteles, restaurantes y comercios estaban pensando en cerrar. Este proyecto ayudó a reactivar la cadena turística”, destacó Cueva.

Hoy, el paseo se integra como un complemento a la visita al sitio arqueológico, aliviando la carga turística del parque y ampliando la oferta del destino. De manera directa, el emprendimiento genera empleo para unas 25 personas, además de un impacto indirecto en taxis, mototaxis, guías, paseos a caballo, restaurantes y hoteles.

El proyecto incorporó nuevos servicios como cafetería, restaurante, tiendas de souvenirs y un meliponario, un santuario de abejas nativas. Además, se establecieron alianzas con artesanos locales, integrando arte, cultura y tradiciones como las telas lencas, para que la comunidad tenga acceso directo al turismo.

Un estudio realizado en 2021 por la Embajada de Estados Unidos reveló que por cada lempira invertido en el Paseo de los Girasoles se generó un movimiento económico de 35,5 lempiras en el municipio, reflejando el fuerte efecto multiplicador del emprendimiento.

“El mensaje para otros emprendedores es articular siempre con la comunidad. El turismo tiene que ser compartido”, concluyó Cueva, destacando que Copán Ruinas continúa posicionándose como un destino de encanto, cultura viva y naturaleza, abierto a recibir a los visitantes con los brazos abiertos.