Panamá, conocido por su diversidad cultural y belleza natural, enfrenta una marcada desigualdad entre la capital, Ciudad de Panamá, y “el interior”, como los locales llaman a las zonas rurales. En lugares como Isla Cañas, una pequeña comunidad costera en el Pacífico con menos de 1.000 habitantes, esta disparidad se traduce en una pobreza que alcanza el 50%, muy por encima del promedio nacional del 21%.
En este contexto, Bastian Barnbeck, un alemán de 39 años y fundador de la ONG Waved, encontró en la isla un escenario ideal para implementar su innovador modelo de educación basado en el surf. “Las olas son una metáfora de los desafíos de la vida”, dice Barnbeck, quien cree que aprender a surfear ayuda a los jóvenes a ganar confianza y autoestima, permitiéndoles superar barreras personales y sociales.
Una iniciativa educativa única
Waved, acrónimo de las palabras “ola” y “educación” en inglés, combina el aprendizaje del surf con clases de idiomas y refuerzo escolar. Fundada en 2016, la organización busca empoderar a niños y adolescentes de comunidades marginadas, como Isla Cañas, para que puedan acceder a mejores oportunidades laborales y contribuir al desarrollo de sus localidades.
El programa incluye lecciones de español e inglés, sesiones de surf, actividades extracurriculares como reforestación y una educación ambiental centrada en la conservación marina. “Queremos que los jóvenes se conecten con el mar y entiendan su importancia”, señala Barnbeck.
Un modelo sostenible y replicable
La operación de Waved en Isla Cañas cuenta con el apoyo de 25 voluntarios, la mayoría locales, y se financia mediante donaciones, alianzas con empresas y un modelo innovador llamado Un dólar por una ola, que recauda fondos a través de eventos de surf. “En un día podíamos recaudar 2.500 dólares, que invertimos en escuelas públicas”, explica Barnbeck.
El impacto de esta iniciativa ha beneficiado ya a más de 2.000 niños y adolescentes en Panamá. Ahora, Waved aspira a expandir su modelo a otras comunidades del país y, eventualmente, a naciones vecinas como Costa Rica y México.
Turismo comunitario como motor de desarrollo
Barnbeck ve en el turismo comunitario una oportunidad clave para reducir la brecha entre la capital y el interior de Panamá. En Isla Cañas, la capacitación de los jóvenes en inglés y habilidades técnicas busca que sean ellos quienes lideren proyectos turísticos, promoviendo su cultura y recursos naturales.
“Queremos que los locales sean los protagonistas de sus productos turísticos y que las comunidades se sientan responsables y empoderadas”, afirma el fundador. Inspirado en ejemplos exitosos de Costa Rica, Barnbeck cree que este enfoque puede fortalecer las economías locales y fomentar el turismo sostenible en la región.
Conectando dos mundos
A través de Waved, Barnbeck no solo busca ofrecer oportunidades educativas, sino también construir puentes entre la ciudad y el interior. “Queremos sensibilizar a los habitantes de la capital sobre la realidad del interior y fomentar un turismo nacional más inclusivo”, concluye.