España reactivó su turismo de forma acelerada desde el verano, consolidándose en invierno. En tal sentido, el país europeo promete devolver a las cifras prepandemia de llegadas y gasto de viajeros a finales de 2023.
Una euforia que, además de la actividad económica que generan estos visitantes, tiene su contrapartida en el regreso del turismo masivo a los cascos históricos de las ciudades: riesgo de masificación y más subidas de precio de los inmuebles que expulsen a los vecinos. Los datos actualizados de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), a los que ha tenido acceso Cinco Días, muestran el fortísimo resurgir de las viviendas turísticas (se incluye la vivienda completa, la habitación individual y la habitación compartida) al calor del regreso de viajeros nacionales e internacionales tras la pandemia y con el trasfondo de los límites a los precios del alquiler, que han provocado un desplazamiento de la oferta.
A 31 de marzo de 2023 había 80.680 anuncios de viviendas de uso turístico en las veinte ciudades que más pernoctaciones registran en España, lo que supone un crecimiento del 23% respecto a las cifras del primer trimestre de 2022. El mayor avance en términos absolutos lo protagoniza Madrid, con 19.406 viviendas, 4.500 más en solo doce meses y un 24% del total, lo que le aupa al primer puesto de la citada clasificación, muy distanciada de Barcelona, con 14.531 viviendas, un 11,8% más anual y un 18% del total. Unas cifras que no comparten desde el consistorio dirigido por Ada Colau. ”A día de hoy hay unas 9.600 licencias de pisos turísticos y no hay ninguna licencia de habitación compartida. Solo se pueden conceder licencias de habitación compartida en el caso de que un piso turístico se reconvierta a domicilio con habitación compartida, pero esto a día de hoy no ha pasado. En cuanto a los anuncios ilegales, mensualmente se detectan unos 500 que se va requiriendo a las plataformas, sobre todo Airbnb, que los descuelguen”, recalcan.
Óscar Perelli, director de estudios Exceltur, asociación que reúne a 32 de las más importantes empresas del sector turístico en España, entre ellas grandes hoteleras como Meliá, NH, Iberostar o Piñero, cree que es hora de fijar límites para evitar situaciones como las que se producen en barrios como La Merced (Málaga) o Santa Cruz (Sevilla), en las que ya hay más plazas en viviendas turísticas que residenciales correspondientes a propietarios o inquilinos.
Pero el fenómeno del crecimiento de las viviendas turísticas trasciende a la lucha entre Madrid y Barcelona y muestra como el fenómeno se ha extendido al resto de ciudades. Los destinos en los que más han crecido las viviendas turísticas en el primer trimestre de 2023 han sido Ibiza, con un 47,7% más anual, seguida por Bilbao (45,6%) y Santander (45,5%). De hecho ya hay doce ciudades (Málaga, Las Palmas, Palma de Mallorca, Córdoba, San Sebastián, Bilbao, Zaragoza, Santander, Gijón, Murcia, Ibiza y Toledo), en el que el número de viviendas de uso turístico está por encima de los niveles previos a la pandemia. El caso más paradigmático de crecimiento es Málaga, que ha sumado 1.457 viviendas en doce meses hasta las 7.545, superando a Sevilla y amenazando el tercer puesto que en la actualidad ocupa Valencia, con 7.609 viviendas.
Perelli considera que ese crecimiento sin control ha generado un fuerte crecimiento de los precios de la vivienda en los cascos históricos de esas veinte ciudades. Una acusación que rechazan desde la Federación Española de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur), que representa a 185.000 propietarios y gestores de alojamientos. “En Madrid hay 1,5 millones de viviendas en alquiler y las turísticas apenas suponen el 2%, mientras que en Barcelona hay 800.000 y solo hay 10.000 desde hace varios años por la moratoria. La media española apenas supone el 1,3% del total del alquiler y en algunas ciudades ese porcentaje puede subir al 3% o 4%. No parece razonable acusar a las viviendas turísticas del incremento del precio del alquiler”, asegura Miguel Ángel Sotillos, presidente de Fevitur. El director de estudios de Exceltur considera “tramposo” el argumento ya que tiene en cuenta todas las viviendas turísticas, sin tener en cuenta su reparto desigual por barrios, con una concentración excesiva en los más céntricos. “No solo fomenta el incremento de precios en el centro, sino que también los recalienta en los barrios más asequibles de las afueras a los que se desplazan los vecinos expulsados de las zonas más caras”. Los técnicos de Exceltur remarcan que la ratio media de plazas, en función de la modalidad más común, es de 3,9 plazas por vivienda, lo que arroja un total de 315.000 en esas veinte ciudades.
¿Quién se beneficia del fenómeno de los pisos para turistas?
Hoteleros. En el último informe de Exceltur, la organización calculaba que la contribución económica de una estancia en un hotel en Barcelona rozaba los 290 euros, sumando el gasto en el alojamiento, el gasto en compras y el efecto inducido de ambos, mientras que en el caso de una vivienda turística, la cifra bajaba a 182,7 euros. En el caso de Madrid, la brecha es similar desde los 287,1 euros de los hoteles hasta los 180,8 euros de las viviendas turísticas.
Fevitur. Los cálculos son diametralmente opuestos en el caso de la patronal de las viviendas turísticas, que estima que el gasto realizado por los viajeros que se alojan en pisos turísticos desde el inicio hasta el final de sus viajes se ha quintuplicado desde la pandemia, pasando de 4.398 millones en 2019 a 20.338 millones en 2022. El alquiler del piso solo representa el 19,1% de esa cifra (4.660 millones), mientras que el restante 80,9% (15.728 millones) corresponde al gasto fuera del alojamiento.
Fuente: Cincodias.elpais.com