Por Mary de Aquino
La capital de Brasil que ofrece mucho más que escándalos de corrupción moral y déficits financieros. Inaugurada en 1960, no solo es el centro político del país, sino también un símbolo de modernidad y planificación urbana. Concebida por el presidente Juscelino Kubitschek, la ciudad fue diseñada para representar la visión de un país progresista. Arquitectos reconocidos como Oscar Niemeyer y el urbanista Lúcio Costa, con la ayuda de miles de trabajadores, dieron vida a esta capital situada en el Planalto Central, en un proyecto que comenzó oficialmente en 1955.
La historia y la profecía de Don Bosco
La elección del lugar para la construcción de Brasilia estuvo marcada por una predicción de Don Bosco, quien describió en sus escritos un «lugar prometido» entre los paralelos 15° y 20°, donde surgiría una tierra de riquezas y prosperidad. Esta visión se hizo realidad con la edificación de Brasilia, situada en la región del Lago Paranoá, y desde entonces la ciudad lleva un simbolismo vinculado a las palabras del santo italiano.
La planificación urbana y el concurso nacional
En 1957, la Compañía Urbanizadora de la Nueva Capital (Novacap) organizó el Concurso Nacional para el Plan Piloto de la ciudad. La propuesta ganadora, de Lúcio Costa, presentó un diseño simple y funcional, con ejes que se cruzan en ángulo recto, formando una cruz o un avión. Este plan incluía áreas residenciales (Ala Norte y Sur) y espacios monumentales, con grandes edificios gubernamentales diseñados por Niemeyer, como el Palacio del Planalto y la Catedral de Brasilia.
El turismo en Brasilia
Para los visitantes, Brasilia ofrece una combinación única de arquitectura moderna y paisajes naturales. El Eje Monumental es el corazón de la ciudad, donde se encuentran los principales hitos, como el Congreso Nacional y el Tribunal Supremo Federal. La Catedral de Brasilia, con sus columnas de hormigón, y el Palacio de la Alvorada, residencia oficial del presidente, son paradas obligatorias para quienes aprecian la arquitectura audaz de la ciudad.
Brasilia es, por tanto, un destino que mezcla lo moderno y lo histórico, con una planificación meticulosa que refleja tanto el sueño de una nación como la creatividad de sus arquitectos.
Explorando los tesoros de Brasilia
Además, el Lago Paranoá es un lugar popular para el ocio, con opciones para deportes acuáticos y paseos en barco, ofreciendo una vista única de los edificios planificados. Para quienes desean conocer más sobre la historia de la ciudad, el Memorial JK y el Museo Nacional son opciones ideales para explorar.
Brasilia, la capital de Brasil, es un destino repleto de atracciones que combinan modernidad, historia, cultura y ocio. Desde los hitos arquitectónicos de Oscar Niemeyer hasta los espacios culturales que valoran el arte local e internacional, la ciudad ofrece una experiencia única para sus visitantes.
Cultura y arte en el Distrito Federal
Uno de los grandes centros culturales de la ciudad es el Espacio Cultural Renato Russo, en la 508 Sur. Inaugurado en 1973 y reabierto en 2018, este espacio alberga una galería, teatro, biblioteca y otras instalaciones artísticas. Aquí, el arte se expresa de diversas formas, destacando la Biblioteca Ethel Dornas, la Gibiteca y el Teatro Galpón. El Centro de Danza del Distrito Federal también es notable, ofreciendo cursos, talleres y espectáculos de danza de variados estilos.
Otro lugar de gran relevancia es la Casa del Cantador, diseñada por Niemeyer y dedicada a la música y la poesía. Ubicada en Ceilândia, se ha convertido en escenario de festivales y cursos gratuitos para jóvenes. Además, el Complejo Cultural de Planaltina y el Complejo Cultural Samambaia refuerzan la propuesta de descentralizar las actividades culturales, con cineteatros y espacios para talleres artísticos.
La historia y la arquitectura de Brasilia
Para quienes desean sumergirse en la historia de la ciudad, el Museo de la Ciudad es una parada obligatoria. Diseñado por Niemeyer, preserva la memoria de la construcción de la capital y es un hito en la narrativa histórica de Brasilia. Por otro lado, el Museo Vivo de la Memoria Candanga, ubicado en el Núcleo Bandeirante, está dedicado a los pioneros de la construcción de la ciudad, conocidos como «candangos».
La Plaza de los Tres Poderes, que alberga los principales edificios de la República –el Palacio del Planalto, el Congreso Nacional y el Tribunal Supremo Federal–, es otro punto imperdible. Este lugar, diseñado por Lúcio Costa, ejemplifica la grandeza de la arquitectura modernista de Brasilia.
Museos y cultura popular
Brasilia también es hogar de importantes museos. El Museo Nacional de la República y el Museo de Arte de Brasilia (MAB) destacan en el panorama cultural, con exposiciones de artistas brasileños reconocidos. El Memorial JK, inaugurado en 1987, celebra la figura del expresidente Juscelino Kubitschek, fundador de la capital.
Diversión para todos los gustos
Para los amantes de la adrenalina, el Nicolândia Parque Urbano, en el Parque da Cidade, es el lugar ideal. Con atracciones como la Rueda de la Fortuna y montañas rusas, el parque ofrece diversión para toda la familia. Para quienes prefieren una experiencia más relajada, Cerrado Balonismo ofrece paseos en globo sobre el cerrado, brindando una vista única de la ciudad.
Turismo religioso y la espiritualidad
Brasilia también alberga importantes centros religiosos. La Orden Rosacruz, una organización místico-filosófica, y la Iglesia Messiánica Mundial, con sede en Asa Norte, son algunas de las instituciones que promueven el autoconocimiento y la espiritualidad. Además, la Iglesia de la Sagrada Familia, diseñada por Niemeyer, y la Catedral Militar Reina de la Paz, con vitrales que iluminan su interior de manera singular, destacan por su arquitectura y simbolismo.
La Catedral Metropolitana Nuestra Señora de Aparecida, conocida como la Catedral de Brasilia, es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Sus imponentes vitrales, creados por Marianne Peretti, aportan una belleza única al interior, iluminándolo con colores vibrantes. En su entrada se venden flores secas y artesanías de capim dorado, típicas del centro-oeste brasileño.
El Santuario Don Bosco es un homenaje al santo italiano que predijo la fundación de Brasilia. Diseñado por Carlos Alberto Naves en los años 70, destaca por la majestuosidad de sus vitrales de Humbert Van Doorne, con más de 2.000 metros cuadrados y 12 toneladas de vidrio en tonos azules, morados y rosados. Sus puertas de hierro y bronce, con bajorrelieves de Gianfrancesco Cerri, y su atmósfera de serenidad hacen del santuario un icono de fe y arquitectura.
Espacios de ocio y bienestar
La ciudad también ofrece opciones de deporte y ocio, como LIFE Náutica en el Lago Paranoá, ideal para practicar deportes acuáticos, y el Parque Nacional de Brasilia, un refugio verde a pocos kilómetros del centro.
Arquitectura monumental y paisajes impresionantes
Brasilia es una ciudad de contrastes arquitectónicos y naturales. La Puente JK es un emblema de modernidad y belleza, considerada una de las más estéticas del mundo. El Pontão do Lago Sul combina gastronomía y ocio al aire libre, siendo un lugar ideal para disfrutar del atardecer.
Explorando los Palacios de Brasilia
El Palacio de Justicia, en el Eje Monumental, es un ícono del modernismo y sede del Ministerio de Justicia. El Palacio del Jaburu, a orillas del Lago Paranoá, es una residencia oficial diseñada por Niemeyer con jardines de Burle Marx. Por último, el Palacio del Buriti, sede del Gobierno del DF, mezcla modernismo con tradiciones locales, decorado con esculturas como la réplica de la Loba Romana.
Los tres parques emblemáticos
La capital federal ofrece diversas opciones para quienes buscan ocio y proximidad con la naturaleza. Entre los principales atractivos se encuentran el Parque Nacional de Brasília, el Parque Sarah Kubitschek y el Parque Olhos D’Água, cada uno con características únicas.
Ubicado a unos 10 km del centro, el Parque Nacional de Brasília (Água Mineral) es una unidad de conservación en el noroeste del Distrito Federal. Además de ser accesible por la EPIA y transporte público, permite a los visitantes llevar alimentos, con algunas restricciones, ya que la venta local está suspendida.
El Parque Sarah Kubitschek, más grande que el Central Park de Nueva York, cuenta con 420 hectáreas y una infraestructura que incluye ciclovía, pistas para caminar y karting, canchas deportivas, sector para barbacoas, áreas para pícnic y eventos dedicados al aire libre. Diseñado en los años 70, se caracteriza por el paisajismo de Burle Marx y los azulejos de Athos Bulcão.
Por su parte, el Parque Olhos D’Água, situado en el barrio Asa Norte, se destaca por sus 28 hectáreas dedicadas al ocio y la preservación ambiental. Desde su creación en 1994, se ha convertido en uno de los destinos más visitados de la región, ofreciendo un entorno que combina naturaleza y convivencia comunitaria.
Disfrutar del centro-oeste: la inmensidad de su cielo azul, la arquitectura de líneas simples y sofisticadas, y la tierra roja del cerrado brasileño.
Fotografias: Mary de Aquino.
Fotografías: Cristiano Costa, cortesía de Visit Brasília.