Este martes, a los 89 años, falleció Gabriel Escarrer Juliá, una de las figuras más influyentes en la historia del turismo moderno y fundador de Meliá Hotels International.
Desde sus comienzos en 1956 con un modesto hotel de 60 habitaciones en Mallorca, Escarrer se convirtió en un visionario que lideró durante casi siete décadas la expansión de la cadena, consolidándola como una de las más importantes del mundo. Bajo su liderazgo, Meliá creció hasta alcanzar más de 400 hoteles en 40 países, agrupados en nueve prestigiosas marcas, entre las que destacan Gran Meliá, Paradisus y ME by Meliá.
Una carrera marcada por la innovación y el compromiso
Antes de fundar su empresa, Escarrer se formó en el negocio de la touroperación, experiencia que lo inspiró a construir un modelo que integrara hospitalidad y turismo internacional. Durante los años 80, lideró adquisiciones estratégicas como la de Hotasa y Meliá, sumando casi 70 hoteles al grupo y posicionándolo a nivel global. Su apuesta por diversificar los destinos, incluyendo el Caribe, el Sudeste Asiático y las grandes urbes europeas, fue clave para la internacionalización de Meliá y del turismo español.
En los 90, Escarrer impulsó la incursión de la cadena en el segmento urbano y preparó la empresa para salir a bolsa en 1996, consolidando un modelo sostenible que trascendió generaciones. En 2016, traspasó las riendas ejecutivas a su hijo, Gabriel Escarrer Jaume, manteniéndose como presidente no ejecutivo y como una figura inspiradora para el consejo de administración y los accionistas.
Reconocimientos a una trayectoria única
Gabriel Escarrer Juliá recibió múltiples distinciones a lo largo de su vida, destacándose títulos como el Doctor Honoris Causa de la Universidad de las Illes Balears y premios internacionales como el «Lifetime Achievement» en los European Hospitality Awards. Fue incluido en el prestigioso Hall of Fame de la British Travel Industry y honrado con la Medalla de les Illes Balears, entre otros innumerables galardones que reconocieron su visión y aportes al turismo global.
Un legado imborrable
Escarrer siempre defendió el turismo como un puente entre culturas y un motor de desarrollo económico. Su legado trasciende el ámbito empresarial, dejando una huella profunda en la industria y en las comunidades que se beneficiaron de su visión.
«El turismo hermana países, supera fronteras y fomenta el bienestar de los pueblos», solía afirmar. Con su partida, la industria pierde a un pionero, pero su influencia seguirá guiando a las futuras generaciones.