En lo que va de 2024, el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) expulsó a 22.636 migrantes de más de 60 países, muchos de ellos en condiciones precarias y riesgosas, según datos oficiales. Estas cifras reflejan un endurecimiento en las políticas migratorias del país, que ha generado polémica a nivel internacional.
De los migrantes expulsados, 1.962 son niños y adolescentes, quienes se enfrentaron a peligros significativos durante su tránsito por Guatemala, mientras que 13.873 hombres y 6.801 mujeres adultos completan la lista de expulsados.
Venezolanos encabezan expulsiones, seguidos por colombianos y ecuatorianos
Los migrantes venezolanos representan la mayoría de las expulsiones, con 17.653 casos registrados. Les siguen 1.690 colombianos y 1.042 ecuatorianos, reflejando una crisis migratoria que afecta principalmente a ciudadanos sudamericanos en su ruta hacia Estados Unidos.
Por otro lado, el IGM también reportó la inadmisión de 3.381 extranjeros por no cumplir con los requisitos legales de ingreso. De este grupo, 291 eran menores de edad, lo que intensifica el debate sobre los derechos de los migrantes más vulnerables.

Guatemala: corredor clave del tráfico migratorio
La posición estratégica de Guatemala como paso hacia México y Estados Unidos convirtió al país en un punto crítico para las redes de tráfico humano. Las autoridades destacan que los riesgos son especialmente altos para los menores, quienes enfrentan peligros como la explotación y el abuso durante su tránsito.
El IGM reiteró que migrar de forma irregular expone a las personas a situaciones de alto riesgo, pero los defensores de derechos humanos critican la falta de garantías y asistencia a los migrantes.
Reunión bilateral con México: migración segura o endurecimiento de controles
El pasado martes, el IGM participó en una reunión con el Instituto Nacional de Migración de México para coordinar acciones conjuntas en la frontera sur. Ambas naciones acordaron promover una migración segura, ordenada y respetuosa de los derechos humanos, aunque críticos señalan que las medidas podrían traducirse en un endurecimiento de los controles migratorios más que en la protección de los migrantes.
La reunión abordó la atención a la niñez migrante, una de las poblaciones más vulnerables en estas rutas, y la implementación de estrategias conjuntas para mitigar los riesgos en el camino.
¿Seguridad o exclusión? Un debate en aumento
Mientras las autoridades defienden las políticas como una forma de garantizar la seguridad nacional, organizaciones internacionales denuncian que estas medidas exacerban la criminalización de los migrantes y violan sus derechos fundamentales.
El caso de Guatemala pone de relieve la complejidad de la crisis migratoria en Centroamérica y los retos de equilibrar la seguridad con la protección humanitaria.