Una huelga de controladores aéreos en Francia impacta significativamente en la operatividad aérea europea. En su segundo día, las aerolíneas Iberia y Air Nostrum se vieron obligadas a cancelar 27 vuelos, afectando a cerca de 700 pasajeros justo al inicio de la temporada alta de verano.
La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) exigió la cancelación del 40% de los vuelos en los principales aeropuertos de París (Orly, Charles de Gaulle y Beauvois) y el 50% en el aeropuerto de Niza. Esta situación genera incertidumbre en los viajeros y en las operaciones de conectividad internacional, fundamentales para el turismo europeo.

Iberia activó políticas de flexibilización, permitiendo a los pasajeros afectados cambiar sus vuelos sin penalización, incluso con tarifas no modificables. La medida busca mitigar los inconvenientes en una de las épocas más demandadas del año.
Este nuevo paro evidencia la vulnerabilidad del sistema aéreo ante conflictos laborales y su impacto directo en la industria del turismo, que depende de la estabilidad operativa para sostener la movilidad internacional.
Las autoridades francesas y las aerolíneas continúan negociando para normalizar los servicios y garantizar la continuidad de las operaciones en los próximos días.