El sindicato Unsa-Icna, segundo en representatividad entre los controladores aéreos franceses, convocó una huelga para los días 3 y 4 de julio, advirtiendo sobre un fuerte impacto en el tráfico aéreo en toda Europa. La medida llega justo al inicio de las vacaciones de verano, una de las temporadas con mayor volumen de viajeros.
El reclamo principal del sindicato apunta a una gestión «tóxica» y «autoritaria» por parte de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), además de la falta de modernización de las herramientas de navegación aérea y una crónica insuficiencia de personal, derivada —según denuncian— de errores en las políticas de contratación y previsión.
El aeropuerto de París-Orly será uno de los más afectados, con el 25% de los vuelos cancelados este jueves. También se anticipan cancelaciones del 50% en Niza, Bastia y Calvi, así como del 30% en Lyon, Marsella, Montpellier, Ajaccio y Figari.
La situación complica no solo a los aeropuertos franceses, sino también a las aerolíneas de bajo costo que operan en rutas europeas con conexiones a París y el sur de Francia. La DGAC ya recomendó a los pasajeros consultar el estado de sus vuelos y anticipar cambios de itinerario.
