Equipos de rescate trabajaban intensamente este domingo para auxiliar a miles de personas afectadas por el huracán Helene, que ha devastado varios estados del sureste de Estados Unidos, dejando caminos inundados, apagones generalizados y áreas completamente incomunicadas. Con al menos 93 muertos, las autoridades advierten que esa cifra seguirá aumentando a medida que se intensifiquen las labores de rescate.
El huracán, que ahora se degradó la tormenta, causó estragos en Florida, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Tennessee. En algunas áreas, las torrenciales lluvias y fuertes vientos borraron pueblos enteros del mapa. Lori Moore-Merrell, de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias, informó que los esfuerzos de rescate continúan, involucrando tanto a autoridades locales como federales.
Impacto económico y humanitario
Los daños causados por Helene podrían oscilar entre 15.000 millones y 100.000 millones de dólares, según estimaciones preliminares de aseguradoras y meteorólogos. Millones de personas quedaron sin electricidad, y muchas de ellas están varadas sin acceso a refugio, a la espera de ser rescatadas.
En Carolina del Norte, el gobernador Roy Cooper informó que ya se confirmó la muerte de 11 personas en el estado, y se teme que ese número aumente conforme los equipos de rescate lleguen a zonas aisladas por inundaciones y derrumbes de carreteras. Cooper instó a los residentes a evitar transitar por las áreas afectadas para permitir el libre acceso a los vehículos de emergencia.
Tragedia y desesperación
El paso de Helene dejó historias desgarradoras. En Asheville, Carolina del Norte, Jessica Drye Turner pidió desesperadamente ayuda para rescatar a su familia atrapada en el techo de su casa por las inundaciones. A pesar de sus súplicas, la ayuda llegó demasiado tarde y sus padres, ambos de 70 años, junto a su sobrino de seis años, murieron ahogados cuando el techo de su vivienda colapsó. «No puedo describir el dolor y la devastación que sentimos», escribió Turner en las redes sociales.
Destrucción y daños generalizados
Helene tocó tierra en la región de Big Bend, Florida, como un huracán de categoría 4 con vientos de 225 km/h el jueves por la noche. Posteriormente, la tormenta se desplazó rápidamente a Georgia, donde el gobernador Brian Kemp describió la devastación como si «hubiera estallado una bomba». Las lluvias torrenciales que siguieron afectaron las Carolinas y Tennessee, desbordando ríos y arroyos y provocando el colapso de varias represas.
En Augusta, Georgia, las autoridades informaron el domingo a los residentes que el suministro de agua sería interrumpido entre 24 y 48 horas debido a los escombros que bloquearon los sistemas de bombeo. Mientras tanto, se distribuye agua embotellada para las familias afectadas.
Temporada de huracanes
Helene es la octava tormenta con nombre en la temporada de huracanes del Atlántico, que comenzó el 1 de junio. Los meteorólogos han pronosticado que esta será una temporada más activa de lo normal debido a las inusuales temperaturas récord en los océanos.