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IATA critica el aumento de costos de la Autorización Electrónica de Viaje en el Reino Unido

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La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) expresó su oposición a la propuesta del Ministerio del Interior del Reino Unido de aumentar en un 60% el coste de las Autorizaciones Electrónicas de Viaje (ETA), que pasarían de 10 a 16 libras esterlinas. La medida, anunciada apenas una semana después de la introducción del sistema ETA, fue calificada por Willie Walsh, director general de IATA, como un «golpe autoinfligido a la competitividad turística del Reino Unido».

Impacto en el turismo

Según Walsh, el aumento de los costos de la ETA entra en contradicción con las metas del gobierno británico de incrementar un 30% las llegadas de turistas internacionales, alcanzando los 50 millones anuales para 2030. En palabras del director general de IATA: «Estafar a estos viajeros con un aumento del 60% en la ETA es un muy mal comienzo. El gobierno debería centrarse en incentivar el turismo, no en desalentarlo con costos adicionales».

Walsh también señaló que el costo propuesto de la ETA británica es significativamente más alto que el del sistema ETIAS de la Unión Europea, que tendrá un costo de aproximadamente un tercio del precio británico y será válido por un año más. Esta diferencia podría llevar a los viajeros a optar por visitar destinos europeos en lugar de Reino Unido.

La IATA también recordó que el Impuesto sobre Pasajeros Aéreos (APD) del Reino Unido, ya considerado el más alto del mundo, aumentará nuevamente en abril, sumando más costos a los viajeros. Walsh subrayó que estas medidas no sólo desincentivan el turismo, sino que también afectan los ingresos fiscales y la economía general del país.

Actualmente, la aviación y el turismo en el Reino Unido generan 1,6 millones de empleos y aportan 160.700 millones de dólares al PIB nacional. Según IATA, desalentar a los visitantes con tarifas elevadas puede poner en riesgo este motor económico crucial.

La IATA instó al gobierno británico a reconsiderar su enfoque y adoptar medidas que hagan del Reino Unido un destino más competitivo en términos de costos. Walsh concluyó: «Es hora de que el gobierno vea el panorama general y entienda que tiene mucho por ganar si reduce los costos para los turistas, quienes, a su vez, contribuyen sustancialmente a la economía del país».

El debate sobre la competitividad turística del Reino Unido continúa, mientras las autoridades y las organizaciones internacionales buscan equilibrar los ingresos fiscales con el atractivo global del destino.