La Riviera Maya y Cuba, dos de los principales destinos turísticos del Caribe junto con Punta Cana, atraviesan una situación inédita: más de la mitad de sus camas hoteleras permanecen vacías.
En el caso de la Riviera Maya, el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQ) informó que en los primeros días de septiembre la ocupación cayó hasta el 44%. De los 58.035 cuartos de hotel disponibles, solo se ocuparon 26.087, marcando un fuerte retroceso en la actividad de la zona.
La situación en Cuba es aún más crítica. Según datos oficiales del primer semestre de 2025, la isla registró una ocupación del 21,5%, frente al 28,4% del mismo período del año anterior. Esto significa que casi el 80% de las camas hoteleras del país permanecieron vacías, un mínimo histórico que no se veía en ningún destino de peso turístico mundial fuera de contextos excepcionales como pandemias o catástrofes naturales.
En contraste, República Dominicana mostró un desempeño más sólido con un promedio del 69% de ocupación. Destacan Bayahíbe-La Romana con un 78% y Bávaro-Punta Cana con un 74%. Otros destinos como Samaná-Las Terrenas (63%) y Juan Dolio-Boca Chica (61%) también mantuvieron niveles aceptables, mientras que zonas emergentes como Miches alcanzaron un 58%, superando a destinos más tradicionales como Santo Domingo (51%), Barahona (46%) o Sosúa-Cabarete (41%).
El Caribe en general vive semanas de ralentización turística, incluso en destinos como Cancún o Tulum, aunque sin llegar a los niveles de desplome de La Habana o Varadero. La caída se explica, en parte, por la disminución de visitantes de mercados clave como el canadiense y, en menor medida, el estadounidense, afectado por la debilidad del dólar. Aun así, emisores como Argentina y Colombia muestran cierto crecimiento, aunque insuficiente para compensar la baja en los mercados tradicionales.