Las cadenas hoteleras urbanas enfrentan el desafío de integrar la inteligencia artificial (IA) como una herramienta clave para optimizar sus operaciones. Aunque ya existen aplicaciones como los chatbots y modelos de predicción de cancelaciones, los líderes del sector coinciden en que la preparación organizacional y la calidad del dato son esenciales para lograr una transición efectiva, manteniendo siempre la empatía en el servicio al cliente.
En la jornada “La inteligencia artificial para una mejor gestión del éxito del turismo urbano”, organizada por Hosteltur y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, empresas como RIU, Casual Hoteles y Sercotel compartieron sus estrategias para implementar IA sin apresurarse en su adopción.
Preparar antes de innovar
Juan Carlos Sanjuan, presidente de Casual Hoteles, subrayó que el enfoque debe estar en educar y formar equipos antes de implementar soluciones tecnológicas masivas, evitando plataformas que puedan quedar obsoletas rápidamente. Por su parte, José Rodríguez, CEO de Sercotel, destacó que la IA es “un cambio de paradigma” y que la prioridad es usarla internamente para empleados, mientras los chatbots aún carecen del nivel de empatía necesario para atender clientes de forma efectiva.
El valor de los datos y las personas
Según los panelistas, la calidad de los datos es crucial para decisiones acertadas basadas en IA. Mar Muñoz, CEO de IT Travel Services, recalcó que “un dato incorrecto lleva a decisiones erróneas, independientemente de la inteligencia utilizada”. Asimismo, José Rodríguez enfatizó la necesidad de incorporar nuevos perfiles profesionales, como los prompt engineers, para sacar el máximo provecho de la IA.
Mirando al futuro
El sector hotelero ve en la IA un aliado para la toma de decisiones estratégicas, desde la previsión de tendencias hasta la reducción de ventas intermediadas. Sin embargo, riesgos como la ciberseguridad y la falta de regulación deben ser abordados con seriedad.
El camino hacia una transformación tecnológica similar a la Revolución Industrial está en marcha, pero los expertos coinciden: la clave está en equilibrar tecnología, datos y un toque humano.